Las Vías de Santo Tomás de Aquino: Pruebas Filosóficas de la Existencia de Dios
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Las Cinco Vías de Santo Tomás de Aquino: Demostraciones de la Existencia de Dios
Las Cinco Vías de Santo Tomás de Aquino son argumentos filosóficos y teológicos que buscan demostrar la existencia de Dios. Aunque cada vía parte de una observación empírica distinta, todas comparten una estructura lógica común. A continuación, se detallan los principios fundamentales que subyacen a cada una de estas demostraciones:
Principios Comunes de las Vías Tomistas
- Punto de Partida Empírico: Todas las vías inician desde la experiencia y la observación de la naturaleza, es decir, de hechos que podemos encontrar en el mundo sensible y que nos son revelados por los sentidos. El punto de partida es siempre el mismo: los seres sensibles, ya que, según Santo Tomás, «todo conocimiento comienza con los sentidos». Esto significa que, para conocer cualquier cosa, debemos partir de lo que nos muestran los sentidos.
- Aplicación del Principio de Causalidad: Santo Tomás aplica el principio de causalidad con el fin de encontrar la causa de la existencia del efecto observado en la experiencia. Trata, por tanto, de pasar del efecto observado a la causa que lo ha producido, pues todo fenómeno tiene una causa que explica su existencia.
- Búsqueda de la Causa Primera: Si la causa a la que hemos llegado en el segundo paso no tiene en sí misma la razón de su existencia, debemos buscar, a su vez, cuál es su causa. Y si esta última tampoco existe por sí misma, tendremos que encontrar cuál es la causa de esa causa. De modo que el razonamiento nos lleva a lo que parece una serie infinita de causas. Sin embargo, una serie infinita de causas, a su vez causadas, es imposible, porque no explica cuál es el origen de la cadena de causas y efectos.
- Conclusión: La Causa Primera (Dios): Finalmente, las vías acaban concluyendo que debe existir una causa primera que nos permita explicar la existencia de la serie de causas y efectos. Santo Tomás llama a esa causa «primera» porque no puede estar causada por nadie, no puede ser, a su vez, efecto de otra causa, pues seguiríamos dentro de la serie causal y sin explicar el origen de las causas. Tomás de Aquino afirma que a esa causa primera la llamamos Dios.
Las Vías Específicas para Demostrar la Existencia de Dios
A continuación, se presentan los diferentes argumentos que Santo Tomás utiliza en cada una de sus cinco vías para demostrar la existencia de Dios (se detallan las dos primeras vías proporcionadas en el documento original):
1ª Vía: Del Movimiento (Ex Motu)
La idea principal de esta primera vía es que Santo Tomás trata de demostrar la existencia de Dios basándose en que «perciben los sentidos que en este mundo hay movimiento». Es decir, nuestros sentidos nos muestran que hay cosas en el mundo que se mueven. Si un objeto se mueve, es porque ha sido movido por algo más. Este proceso de movimiento no puede extenderse al infinito, ya que, de ser así, no habría un primer motor y, por ende, ningún movimiento. Por lo tanto, debe existir un Primer Motor Inmóvil, que es Dios.
2ª Vía: De la Causa Eficiente (Ex Causa Efficiendi)
La idea principal de esta segunda vía es que Santo Tomás trata de demostrar la existencia de Dios basándose en que «en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes». Al igual que la primera vía, se basa en la experiencia, pero, esta vez, parte de la serie de las causas eficientes. Nada puede ser el origen de sí mismo, sino que su origen siempre debe estar en otra cosa que fue la «causa eficiente» de su existencia. Por lo tanto, tiene que haber una «Causa Eficiente Primera» que sea el origen de la serie de las causas, pero que no tenga a su vez causa alguna, ya que de lo contrario no sería la primera y tendríamos que seguir buscando su causa. Esta Causa Eficiente Primera es Dios.