Vida y obra de Suetonio y la importancia de la oratoria en Roma

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Suetonio

Suetonio: Gayo Suetonio Tranquilo nació en Argelia en el 70 a.C. y murió en Italia en el 126 d.C. Su nacionalidad es del Antiguo Imperio Romano y su ocupación fue la de escritor, secretario y juez. También destacó como historiador y biógrafo romano desde los reinados de los emperadores Trajano y Adriano. Suetonio llegó a formar parte de los círculos de amistades de Plinio el Joven y del emperador Adriano, con el que se acabó enemistando.

Obra de Suetonio

Su obra más importante es Vidas de los doce césares “Vita Caesarum”, donde narra la vida de los gobernantes de Roma desde Julio César hasta Domiciano.

Su trabajo fue extenso, tanto en la lengua latina como en la griega, pero de toda ella sólo se han conservado dos obras. La primera, Vidas de los doce césares, de forma completa y la segunda, en estado más fragmentado, De viris illustribus (Sobre los hombres ilustres), se trata de un compendio biográfico. De las demás obras sólo quedan los títulos o pequeños pasajes.

La obra De viris illustribus agrupaba la vida de destacadas personalidades romanas en cinco grupos: Poetas, Oradores, Historiadores, Filósofos romanos y Gramáticos y retóricos. Fue una obra muy importante y San Jerónimo se sirvió de ella para anotar sus propias biografías de escritores eclesiásticos.

Oratoria

Oratoria: La oratoria es el “arte de hablar bien en público”, y al que lo ejercía se le denominaba orator; un discurso del tipo que fuera (político, judicial…) recibía el nombre de oratio. El dominio de este arte se le denominaba eloquentia. La teoría en la que se basaba, aprendida y adaptada de los griegos se llamaba rhetorica. En sí, la oratoria sería la práctica, mientras que la retórica era la teoría.

Importancia de la oratoria en Roma

La oratoria impregnaba gran parte de la vida pública y su valor era reconocido en los tribunales, en el foro y en manifestaciones religiosas. El pueblo romano sabía valorar y aplaudir a los oradores, e intervenía en las discusiones entre las distintas escuelas y tendencias.

Según Cicerón, las cinco facultades que debía dominar un buen orador eran: inventio, dispositio, elocutio, actio y memoria. Las partes que debe constar un discurso son: exordium, narratio, argumentatio y peroratio. La finalidad de estos discursos era enseñar, gustar y emocionar.

Desarrollo de la oratoria en Roma

La oratoria comienza a practicarse de forma temprana, teniendo como elemento fundamental la improvisación delante de un auditorio, más tarde, empieza a fijarse por escrito, convirtiéndose en género. Dejando a un lado la vida política de Roma, la oratoria se convierte en un instrumento educativo y en la principal causa del desarrollo de la prosa latina.

Oratoria en la época imperial

Dentro de la oratoria de época imperial, destaca Marco Fabio Quintiliano con su única obra, Institutio oratoria, doce libros que constituyen el tratado de retórica más importante del mundo romano y que complementan y perfeccionan los escritos de Cicerón. En ellos, explica cómo debe formarse un buen orador desde que nace hasta que triunfa.

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