Voleibol: reglas, campo de juego y características
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Voleibol
El balón debe ser tocado o impulsado con golpes limpios, pero no puede ser parado, sujetado, retenido o acompañado. Cada equipo dispone de un máximo de tres toques para devolver el balón al campo contrario. Habitualmente el balón se golpea con manos y brazos, pero también vale utilizar cualquier otra parte del cuerpo. Una de las características más peculiares del voleibol es que los jugadores tienen que ir rotando sus posiciones a medida que van consiguiendo puntos.
Campo de juego
El campo donde se juega al voleibol es un rectángulo de 18 m de largo por 9 m de ancho, dividido en su línea central por una red que separa a los dos equipos. En realidad el juego se desarrolla también en el exterior, en la zona libre, a condición de que el balón no toque suelo ni ningún otro elemento. La zona libre debe tener al menos 3 m, medida que en competiciones internacionales se aumenta a 5 m sobre las líneas laterales y a 6,5 m para las líneas de fondo. El espacio libre sobre la pista debe tener una altura mínima de 8 m que en competiciones internacionales sube a 12,5 m.
Zona de ataque
A 3 m de la red, una línea delimita en cada campo la zona de ataque, zona donde se encuentran restringidas las acciones de los jugadores que se encuentran en ese momento en papeles defensivos (zagueros y líbero). Estas líneas, se extienden al exterior del campo con trazos discontinuos, y la limitación que representan se proyecta igualmente en toda la línea, incluso más allá de los trazos dibujados. Todas las líneas tienen 5 cm de ancho.
Contacto con el suelo
El contacto de los jugadores con el suelo es continuo, utilizando habitualmente protecciones en las articulaciones. La superficie no puede ser rugosa ni deslizante.
Control del esfuerzo
Aprender a controlar los niveles de actividad física es una parte importante del manejo de la enfermedad para los pacientes con SFC. Esto requiere redefinir 'ejercicio' y pensar acerca de las actividades diarias de una manera nueva. Puede que sea necesario que las tareas y actividades cotidianas —como limpiar, hacer mandados y la higiene personal— sean divididas en segmentos más cortos y menos agotadores. Aunque los ejercicios aeróbicos intensos son beneficiosos para muchas enfermedades crónicas, los pacientes con SFC no pueden tolerar las rutinas de ejercicios tradicionales. Los programas de ejercitación orientados a aumentar la capacidad aeróbica no son recomendados al comienzo del tratamiento.