Wittgenstein y el Tractatus: La Relación entre Lenguaje, Lógica y Realidad

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El Primer Wittgenstein: Lenguaje como Imagen de la Realidad

En una primera etapa, Ludwig Wittgenstein publicó un libro muy influyente, el Tractatus Logico-Philosophicus, en el que defendía la idea de que el lenguaje es una especie de imagen de los hechos que se producen en la realidad. Sin embargo, algunos años después, Wittgenstein elaboró una teoría del lenguaje completamente diferente en su otra obra. Por este motivo, se hace una distinción entre las ideas del primer Wittgenstein y las ideas del segundo.

El Tractatus se proponía aclarar los límites del pensamiento, estableciendo qué cosas se pueden pensar con sentido. Según el primer Wittgenstein, para que una afirmación tenga sentido, han de cumplirse dos condiciones:

  • No deben ser contradictorias.
  • Deben respetar las reglas de la lógica.

Una afirmación con sentido será verdadera si lo que describe se da en la realidad, y falsa en caso contrario. Así pues, según el Tractatus, solo tienen significado las afirmaciones cuya verdad o falsedad pueda comprobarse.

Hechos y Cosas en el Tractatus

El Tractatus establece una distinción fundamental entre los hechos y las cosas. Un hecho es un estado de cosas, una configuración que relaciona varias cosas entre sí. Por ejemplo, una mesa o un libro son cosas. En cambio, 'el libro está encima de la mesa' es un hecho. Esta distinción sirve a Wittgenstein para afirmar que 'el mundo consiste en el conjunto de los hechos'.

Según el Tractatus, el lenguaje es una figura o imagen de los hechos que sirve para representarlos del mismo modo que un mapa sirve como modelo de un territorio. Para que este proceso de figuración pueda funcionar, debe existir una correspondencia entre el mundo y el lenguaje. Esta relación se basa en el parecido que existe entre la lógica de los hechos y la lógica del lenguaje.

El Lenguaje y la Lógica en el Pensamiento de Wittgenstein

Las afirmaciones que se refieren a hechos básicos se denominan proposiciones elementales. Esta teoría, según la cual existen hechos básicos, se llama atomismo lógico, y fue adoptada también por el filósofo Bertrand Russell.

Según el Tractatus, las proposiciones elementales son verdaderas si el hecho básico o atómico al que se refieren se da en la realidad, y falsas en caso contrario. Los hechos atómicos son lógicamente independientes, por lo que solo podemos saber si son verdaderos o falsos mediante la experiencia. Analizando un objeto podemos saber qué hechos atómicos son lógicamente posibles, pero no cuáles son de hecho verdaderos.

Las proposiciones complejas son combinaciones de proposiciones simples. Serán verdaderas o falsas en función de la verdad o falsedad de las proposiciones elementales que las componen. Además, Wittgenstein señaló la distinción entre proposiciones que son siempre verdaderas (tautológicas) o las falsas (contradicciones).

Las proposiciones que hablan de la realidad no son tautológicas, sino que son lógicamente indecidibles. Para saber si son verdaderas o falsas, tenemos que contrastarlas con la realidad que podemos expresar. El límite del lenguaje que podemos usar lógicamente marca el límite de la realidad que podemos expresar.

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