Temas poéticos: naturaleza, amor e compromiso social en la obra de Miguel Hernández

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Temas poéticos

Los principales temas poéticos son: la naturaleza, el amor y el compromiso social. En Cancionero y romancero de ausencias, la boca en cancionero y romancero ausencia. Siempre ha estado muy ligado a la naturaleza, como poeta y como persona. Su labor cabrero, asignada por un padre de talante, le llevará de aprender a cuidar el rebaño, a limpiar el establo, a recolectar frutas, etc... No es de extrañar su posición al pueblo y la presencia de la naturaleza en su imaginario poético (En cuclillas, ordeño, Lagarto, mosca, grillo...) Palmero. En sus versos de adolescencia plasma la belleza de la realidad circundante. Todo este material inicial le llevará a la publicación de su primer poemario, Perito de lunas (1932), en el que refleja una naturaleza embellecida a través del empleo de inagotables recursos literarios. Pero a partir de El rayo que no cesa (1936), la naturaleza se convierte en para imaginario poético hernandino: se trata de una fuente de inspiración, que se integra en la temática creando símbolos y sistemas de asociaciones. Así, las flores remiten al amor, el huerto, a la fecundidad y el oasis, a la amada. Lo mismo sucede con los fenómenos atmosféricos, ligados a la fuerza de los sentimientos. Surge el campo asociativo del viento, que encara las ansias de la libertad o tormenta que representa al dolor. La poesía hernandiana se nutre de símbolos del animalario. Desde El rayo que no cesa hay paralelismo simbólico entre el poeta y el toro de lidia, destacando en ambos su destino de dolor, muerte, pena, virilidad, etc... El buey representará Vientos del pueblo me llevan, la mansedumbre, la sumisión y la cobardía. En esta poesía de guerra, el ruiseñor, símbolo de la primavera en el huerto de la producción poética anterior, se convierte en el trasunto del poeta-cantor del pueblo. El rayo que no cesa, su principal poemario amoroso, nos permite al Cancionero de Petrarca, de ahí este sentimiento universal se perciba como tortura. Los ejes son, la queja dolorida, el desdén de la amada y el amor como muerte. A medida que avanza el conflicto, la victoria se aleja. El tono vigoroso, entusiasta, combativo y vital de Viento del pueblo se atempera en El hombre acecha (1939), el poeta pasa de cantar a susurrar amargamente o de exaltar a los héroes a lamentarse por las víctimas. Las últimas vivencias del poeta, el fallecimiento de su hijo, la derrota, la caída de la República, su encarcelamiento, su soledad, se plasman en Cancionero y romancero de ausencias. En 1938 la muerte de su hijo, esta obra póstuma se fue nutriendo con poemas escritos desde la cárcel. El oriolano alcanza la madurez poética con unas composiciones que deben a la sencillez de la lírica popular y abordan temas líricos: el amor, la vida y la muerte, sus tres heridas.

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