Romanización

Romanización es un proceso trascendental, de unos 7 siglos de duración. La conquista se inicia en el transcurso de la II Guerra Púnica (218 a.C.), en la que cartagineses y romano se enfrentaron por el dominio del Mediterráneo y concluye 2 siglos más tarde. Se distinguen 3 etapas: 1.- 218-204 a.C. se incorpora Andalucía y el Levante peninsular, zona de la que se van a obtener múltiples beneficios. 2.- 154-133 a.C. Se dominan las 2 emsetas y el oeste siendo los enfrentamientos más importantes las guerra contra los lusitanos dirigidos por Viriato y las guerras celtíberas que finalizan con la rendición de Numancia. Tras esta etapa los conflictos internos en Roma, enfrentan a la ppales. familias aristócratas y provocan el fin de la República y el comienzo del Imperio. 3.- 29-19 a.C. dirigida por el propio Augusto por la resistencia que ofrecen cántabros y astures.
Tras la conquista, el dominio romano se extendería hasta la caída del Imperio Romano de Occidente. En este largo periodo podemos distinguir 2 etapas: los ss. I-II (Alto Imperio) constituyen los de mayor prosperidad y auge de la romanización, sin embargo, desde mediados del s. III (Bajo Imperio) los síntomas de crisis se hacen patentes.
De forma paralela a la conquista se produce un proceso de romanización que implica cambios profundos en la vida de los pueblos prerromanos y que es desigual en el tiempo y en el espacio. Entre los aspectos más destacados están:
-La conversión del territorio peninsular en una provincia romana: Hispania, que a su vez se subdividió en Citerior y Ulterior (133 a.C.), después en Bética, Lusitania y Tarraconensis (Augusto) y finalmente en 5 provincias de menosres dimensiones (s.III). Estas provincias eran consideradas territorios sometidos y explotados en beneficio de Roma. Gobernadas por un pretor y un censor que se encargaba de la cuestiones de Hacienda.
-Esencial para el control y la explotación del territorio fue la mejora de las vías de comunicación ya existentes y la construcción de otras nuevas, dando origen a una red de calzadas que enlazaban la ppales. ciudades y lugares de comercio, sirviendo de auténticos ejes comerciales. Las ppales. son la vía Augusta (Italia, Galias, Cataluña, valle del Guadalquivir) y la vía de la Plata (Galicia-Mérida).

- Igual de necesaria fue la revitalización de las ciudades: Barcino, Tarraco, Caesar Augusta, Hispalis, Emérita... organizadas a semejanza de Roma: disposición en plano regular (cardo-decumano), monumentos, edificios administrativos, acueductos, hipódromos, teatros, coliseos... - La sociedad romana era esclavista. Estaba formada por libres y esclavos, que eran la ppal. mano de obra en las minas y explotaciones agrarias, caían en esclavitud por derecho de conquista y carecían de todos los derechos. Entre los hombres libres también existían diferencias por su estatuto (ciudadanos romanos, latinos, súbditos, aunque a partir del s. III todos son los como los 1os) y por su situación política (senadores, orden ecuestre, etc).
- La religión romana compitió con las indígenas, pero en 312 el cristianismo se convirtió en religión oficial (Edicto de Milán).
- El latín desplazó a las lenguas indígenas y fue el vehículo del Derecho romano.
- Todo ello unido a las explotación intensiva de los recursos: agricultura (cereales, vid, olivo), minerales (oro del NO, Pb de S. Morena, Ag y Cu de Cartagena, Fe del N, Hg...), las industrias pesqueras de salazón (garum). La minas y tierra pasaron a manos de la aristocracia romana; de la misma forma los recursos humanos, los esclavos eran vendidos en los territorios del resto del Imperio o empleados en explotaciones peninsulares. Esta situación propia de una economía colonial tuvo algunos aspectos positivos (construcción de canales para el regadío, utillaje agrícola más moderno: arado romano, técnicas de abono y rotación de cultivos...)
A partir del s. III el Imperio sufre una crisis que afectó al sistema político, económico y social. Esta situación fue aprovechada por los pueblos situados más allá del Rhin y Danubio para penetrar en el Imperio Romano