Se llama helenismo el periodo histórico que empieza con la muerte de Alejandro el Grande y acaba con la ocupación de Grecia por parte del Imperio romano.
La filosofía se ofreció como guía y saber de la “salvación” individual, no sólo enseñaba a pensar, sino a vivir. Filosofar consistía en encontrar el camino de salvación para asegurarse la felicidad y la serenidad del alma.
EPICURO:
Entendió la naturaleza de manera materialista. Ésta está constituida por átomos y vacío, ya que fuera de éstas no existe nada. Las cosas son el resultado de la mezcla de átomos (que hace posible el movimiento), en un estado transitorio de agregación.
El modelo de Epicuro era mecanicista: todo en la naturaleza se desarrolla por causas mecánicas y sin la intervención externa de ningún ser o espíritu sobrenatural. Rompió con el determinismo de Demócrito y incluyó el azar y la indeterminación.
El conocimiento: compartió con Demócrito la idea de que todo el conocimiento procede de la sensación. Ésta es posible por la capacidad de los humanos de entrar en contacto con las cosas. Ésta sensación va acompañada de sentimientos que se despiertan en nosotros. Para explicarlo, utiliza la teoría de los “eidola”: todos los cuerpos emiten eidola, pequeñas imágenes compuestas de átomos que van del objeto al órgano sensorial y que siempre producen certeza en el conocimiento.
Epicuro señaló tres criterios de verdad:
1) La sensación: es una forma de contacto entre cuerpos, ya que se explica por la impresión en los órganos sensoriales de los eidola.
2) La anticipación: es un tipo de imagen general producida por la acumulación de sensaciones similares. Es evocada por las palabras y permite “anticipar” objetos lejanos o futuros.
3) La afección: es el placer y el dolor, respuestas inmediatas del cuerpo a la sensación.
El ser humano, compuesto de átomos, tiene alma, pero también es material. La percepción sensible se reduce al tacto, y el pensamiento es un tipo de sensación mediata que procede de la superposición de sensaciones inmediatas.
El problema del ser humano, la moral y la política: Para Epicuro el ser humano es materia. El cuerpo es el fundamento de nuestra existencia. Esta es la única realidad que somos y sus necesidades marcan nuestro bienestar. Afirmó que el ser humano, por naturaleza, busca el placer y huye del dolor, y como la finalidad del ser humano es la felicidad, y ésta se identifica con el placer, podemos cualificar su ética de hedonista.
El Hedonismo: El principio de placer y de dolor son fundamentales para nuestra vida. Los deseos y los placeres son el motor de nuestra existencia. Epicuro distinguió diversos tipos:1) Placeres naturales y necesarios: eliminan el dolor (beber cuando se tiene sed).2) Placeres naturales y no necesarios: endulcen el placer, pero no eliminan el dolor.3) Placeres no naturales y no necesarios: son placeres artificiales y hacen referencia a la fama, el honor, pero no eliminan en dolor (escultura de alguna persona).
Epicuro los agrupó según si son placeres del cuerpo o del alma, y consideró más importantes los del alma. Creía que algunos de los placeres corporales son destructivos y pueden acabar por degradarnos el cuerpo.
español con un tamaño de 3,82 KB