Cantar de mio CID

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Características lingüísticas y estilísticas en un fragmento del Cantar de Mio Cid

Al tratarse de un fragmento de una obra literaria es evidente la presencia de la función poética del lenguaje, apreciable en la elaboración del mensaje que trae como resultado una obra artística y original. El uso del verso, de los recursos literarios y las peculiaridades estilísticas que vamos a analizar lo ponen de manifiesto.
La métrica empleada es la característica de nuestra épica medieval: los versos son irregulares, en este caso oscilan entre las 15 y 16 sílabas, están divididos por una cesura en dos hemistiquios, y tienen una única rima asonante que agrupa todos los versos en la misma tirada.
Pueden apreciarse en este fragmento algunos de los rasgos estilísticos más destacados del Cantar de Mio Cidlenguaje sobrio y austero, pero dotado de gran fuerza expresiva; utilización del pleonasmo ( “los ojos de la cara”; “ los ojos de nuestras caras”) para enfatizar la dureza del castigo a los que infrinjan la orden del rey; el uso del epíteto épico (“que en buena hora ceñisteis la espada”), fórmula juglaresca que destaca una de las cualidades de nuestro héroe; la ausencia del verbo introductor en las intervenciones en estilo directo de los personajes, lo que dota de mayor viveza a la narración (“...frente a mío Cid se para: Cid Campeador,...”); bimembraciones frecuentes (“sus bienes y los ojos”; “cuerpo y alma”; “haciendas y casas”) y estructuras paralelísticas (“perdería sus bienes y los ojos de la cara / perdería salvación del cuerpo y alma”; “hasta la puerta llegaba / en la puerta golpeaba”).
Para enfatizar el temor de los burgaleses, se repiten palabras o expresiones alusivas a su encierro: “encontrósela cerrada”, “acordaron el cerrarla”, “no se abriría”, “estaba muy bien cerrada”. También se contrastan las acciones del Cid y sus hombres en el exterior (“con grandes voces llamaban”; “en la puerta golpeaba”) con la falta de respuesta de los que se ocultan en el interior de las casas (“no respondían palabra”; “no osaban decirle nada”). La aparición del personaje de la niña es el gran logro del fragmento, pues es la única que se atreve a revelar la situación al Cid. Contrasta su valor con la cobardía de los adultos escondidos, y su figura se agranda al colocarla frente al héroe.
Al tratarse de un texto narrativo, predomina en el texto la función representativa: unnarrador omnisciente en 3ª persona relata la llegada del Cid a Burgos y cómo sus habitantes no pueden prestarle ayuda. Esta función es visible en el empleo de oracionesenunciativas, con una entonación neutra (“Antes de la noche, a Burgos llegó aquella real carta”), y el uso del modo indicativo (“albergarían”, “se arriesgaba”, “llegó”...). A pesar de ello, se aprecia cierta subjetividad en el lenguaje del narrador que toma partido claramente por el Cid: se destaca que los castellanos desean ayudar al Cid pero temen las represalias del rey (“De grado le albergarían”; “Gran dolor tenían”). Esa subjetividad se observa en el empleo de un léxico connotativo, relacionado con la ira del rey o el temor y dolor de su pueblo (saña, dolor, se escondían, no osaban, temor, nuestro mal) o el empleo de adjetivos y adverbios valorativos (grande saña, severas prevenciones, fuertemente sellada).
En ocasiones, el narrador cede su voz a los personajes cuyas intervenciones aparecen en estilo directo. Es el caso de las palabras de la niña, que pone al corriente al Cid de la situación y le pide que se marche: en esta petición se ve tanto la función apelativa, con el empleo del vocativo (“Cid Campeador”; “Oh, buen Cid”) y el uso de oracionesexhortativas y del modo imperativo (“sabed que el rey...”), como la función expresiva, pues la niña utiliza argumentos afectivos para persuadir al Cid (“en nuestro mal no habíais de ganar nada”). Utiliza la oración exclamativa y la interjección (¡Oh, buen Cid...!”),adjetivos valorativos (buen Cid, virtudes santas) y la expresión de deseo mediante elsubjuntivo (“que el Creador os proteja”).
Un rasgo característico del Cantar es la variedad de tiempos verbales. El condicional simple (albergarían, perdería) y el imperfecto de subjuntivo (diese, supiera) aparecen relacionados con la posibilidad de que alguien dé ayuda al Cid y el supuesto castigo que recibirían. En la narración alterna el pretérito perfecto simple, que ofrece los hechos como relegados al pasado, y el pretérito imperfecto de indicativo que los evoca con una proyección hacia el presente del narrador, hacia su subjetividad y afectividad (se dirigió, encontrósela... / no respondían, no se abría...). Actúa conjuntamente el presente histórico (“Los que van con mío Cid con grandes voces llamaban”; “frente a mío Cid se para”) mostrando un contraste estilístico importante: los hechos narrados en presente aparecen más potenciados y adquieren mayor relieve. En los tres últimos versos se engarzan varias acciones en pretérito perfecto simple, consiguiendo un efecto de rapidez (dijo, se volvió, vio, partió)

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