El agua: ¿mercancía o patrimonio eco-social?

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1. El agua. ¿Mercancía o patrimonio eco-social?

Bueno, para comenzar el volumen del agua en el planeta tierra es prácticamente constante a la perspectiva temporal humana. Es decir, solo una pequeña parte, que es el 2,5%, es agua dulce. Por ello el agua forma parte de dichos ecosistemas, de manera que el uso que le damos no solo afecta al estado de los ecosistemas. Por otro lado la globalización neoliberal está poniendo en manos de grandes empresas transnacionales el control de las fuentes agua para la actividad extractiva, ya sea minería o explotación de hidrocarburos, para la agroindustria, para las grandes empresas hidroeléctricas, para la industria turística, ETC. Pero el agua no solo tiene interés como medio de producción, también tiene un valor económico, tanto en su faceta de objetivo de consumo y de ahí el crecimiento de las compañías embotelladoras de agua, como la gestión de abastecimiento y el saneamiento. Por ello Utilizar un bien básico para la vida como un producto de mercado, y que una empresa obtenga con ello el máximo beneficio, genera impactos tremendos sobre las mayorías sociales que viven por debajo del manto de la pobreza.

2. Conservación de los ecosistemas y el uso sostenible del agua

Conservar los ecosistemas es tan importante como los ecosistemas de agua dulce, porque además de servir de hábitat fundamental, esta importante para la amplia variedad de especies, ya que proporciona diversos beneficios a la sociedad. Asimismo, advierte sobre las cuestiones de sostenibilidad de las aguas como consideración primordial en la planificación y ejecución de proyectos de aprovechamiento. Así que para que haya un uso sostenible del agua debe haber una política sostenible y la ordenación de los recursos hídricos. El banco interamericano de desarrollo (BID) sugiere debería basarse en los siguientes principios:

  • un enfoque integral y de ecosistema.
  • una ordenación de los recursos de agua dulce que debe formar parte de un planteamiento cabal de la planificación y supervisión a largo plazo de la utilización sostenible de recursos naturales.
  • un nuevo equilibrio entre la tendencia cada vez mayor hacia la privatización y mundialización de la economía y la función, que cabe tanto a la sociedad civil como al Estado, de prevenir la degradación de los recursos de agua.

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