Análisis comparativo de "La Pradera de San Isidro" de Goya y Beruete
Clasificado en Plástica y Educación Artística
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La Pradera de San Isidro de Goya
Contexto y estilo
Año 1788, técnica de óleo sobre lienzo, estilo rococó, se encuentra en el Museo del Prado de Madrid.
"La Pradera de San Isidro" de Goya recrea la zona de Madrid situada entre la ermita de San Isidro, su santo patrono, y el río Manzanares, con la vista de la ciudad al fondo. Se reconocen los principales monumentos, desde el Palacio Real hasta la iglesia de San Francisco el Grande. La multitud aparece representada durante la festividad del santo labrador, que se celebra el 15 de mayo.
Se trata del boceto preparatorio para la escena principal del conjunto de tapices pensados para la decoración del dormitorio de las Infantas en el Palacio de El Pardo. El proyecto se interrumpió con la muerte de Carlos III.
Análisis de la obra
La obra muestra las costumbres de la época, meriendas, verbenas y tradiciones de Madrid. En el primer plano se muestra a la multitud en celebración, de clase alta acomodada pero superficial. Apreciamos majos y majas de la época. Destaca la precisión de las pequeñas figuras y la luminosidad y claridad del cuadro, que contrasta con la oscuridad habitual de Goya. Utiliza una gama de colores fríos para lograr esta sensación.
Pradera de San Isidro de Beruete
Contexto y estilo
Año 1909, óleo sobre lienzo, impresionismo español, 62x103 cm, Museo del Prado de Madrid.
Representación de la pradera de San Isidro con el horizonte de Madrid al fondo, en el que se pueden reconocer el Palacio Real, la Iglesia de San Andrés y la cúpula de San Francisco el Grande.
Análisis de la obra
Los árboles de hojas marrones delatan la estación otoñal o invernal. Hacia el río vierten las praderías en suave declive, resueltas con una pincelada amplia y jugosa, atenta a captar la diversidad de verdes y ocres. En la pradera de San Isidro se celebraba la romería del santo patrono de Madrid. El río se animaba por la presencia de lavanderas. En la composición destacan el cuartel de la Montaña del Príncipe Pío, el Palacio Real y las cúpulas de San Francisco el Grande y San Andrés.
Beruete muestra una relación trabada entre los distintos planos de profundidad, definidos mediante el color. Fiel a la visión impresionista, utiliza pinceladas de distintos tonos que plasman la luz precisa de cada elemento. En su madurez, Beruete recurrió a un tratamiento para realizar el cielo a base de pinceladas de color moteadas que van variando del rosa al azul. En la parte inferior resalta el contraste entre los blancos puros y los rojos sobre el verde.
La pincelada de Beruete suele ser alargada, como la de Velázquez, cuya técnica había estudiado en profundidad.