Análisis del soneto "La Mariposa" de Luis de Góngora

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El tema planteado es la reflexión sobre los efectos negativos que acarrea la ambición humana. Junto a la ambición, la muerte final como castigo al atrevimiento. El tópico (recuérdese el mito de Icaro) aparece aquí envuelto en la alegoría de la mariposa, símbolo de la belleza fugaz. Este soneto tiene algo de sermón poético barroco.El primer endecasílabo, una clara litotes, “Mariposa, no solo no cobarde”, presenta el término figurado de la metáfora “la mariposa”. Se la califica de “cobarde, temeraria y fatalmente ciega”, con una estructura sintáctica “no sólo no…mas”, prescindible para el significado, pero muy utilizada por la escuela culterana.La mariposa anda rondando la tragedia y ”lo que la llama al Fénix aun le niega”, ni siquiera al ave mitológica le es permitido el contacto físico con la llama; antes ya se ha convertido en cenizas, pero la mariposa “obstinada” quiere que la llama “a sus alas guarde”. Véase la referencia mitológica, tan del gusto culterano, y el hipérbaton.“Pues en su daño arrepentida tarde,”, es el comienzo de la explicación: la mariposa, solicitada por el “esplendor”, “llega a lo que luce”, y “ambiciosa”, nuevo adjetivo moral que se une a los iniciales “cobarde, temeraria…”, “entrega su mal vestida pluma a lo que arde”. La luz abrasa, y la mariposa muere “Yace gloriosa en la que dulcemente”,  el adjetivo “gloriosa” califica el deseo que ha motivado su muerte. La fosa, “huesa”, en la que ha posado su vida se la ha proporcionado (“prevenido”), la pequeña abeja “breve”. La oposición apunta ahora a estas dos especies del mundo animal: prudencia y trabajo (abeja) frente a ambición y devaneo (mariposa). El adverbio “dulcemente” recuerda el trabajo de la abeja con las flores. Algo tiene de fábula este texto, y entenderemos el verso “¡suma felicidad a yerro sumo!”, con dos adjetivos similares al principio y final del verso, como felicidad que termina con muerte, esquema perfecto de la tragedia.Tras extraer la lección, el poeta se sitúa en el terceto final “no a mi ambición contrario tan luciente…”Su ambición va a encontrarse con una oposición como la de la mariposa, pero ya no con la llama, el simple humo bastará.Se trata de un terceto claramente culterano y barroco “no a mi ambición…cenizas la hará”, si no a la ambición, sí al propio poeta, pero ya no la luz “contrario tan luciente”, sino el humo “menos activo sí, cuanto más leve”.Cenizas y muerte…las postrimerías de la vida junto a la reflexión moral (ambición…). Importa en el poema la tensión comprensiva que el poeta crea en el lector ante la dificultad por entender cuanto encierra una forma poética virtuosa de ritmos y de figuras literarias.

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