Análisis de la Obra de Cristina Fernández Cubas: Lenguaje, Creación Literaria y Elementos Fantásticos

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Análisis de la Obra de Cristina Fernández Cubas

El Lenguaje y la Creación Literaria

Los cuentos de Cristina Fernández Cubas tienen en común la introducción del tema del lenguaje y la creación literaria. Se explora la importancia de narrar y contar historias de manera desarrollada, sólida o incluso sesgada y parcial.

En Lúnula y Violeta, este asunto se presenta por partida doble. Violeta, la narradora, demuestra ser una extraordinaria narradora y escritora. Lúnula, por su parte, tiene un dominio absoluto sobre el arte de contar y el lenguaje.

En La ventana del jardín, la reflexión sobre el lenguaje se produce a través de Tomás Albert, un niño que interpela al narrador y que ha creado un lenguaje propio, renombrando la realidad y creando una lengua nueva. El efecto que tiene sobre el narrador es demoledor, haciéndole dudar sobre lo que está sucediendo, sin saber si es fruto de una enfermedad o una alteración pasajera. El lenguaje conforma la realidad.

En Mi hermana Elba, aparece Fátima, un personaje extraordinario que es la perfecta contadora de historias. Desde la oralidad, Fátima lleva a la protagonista a lugares insospechados.

En El reloj de Bagdad, una de las criadas, una mujer sencilla y con nula formación académica, tiene, entre otras cosas, una capacidad de creación propia.

Sin duda, el relato donde Cristina Fernández plantea de manera más directa el tema de la creación literaria es en El hemisferio sur. Los personajes principales mantienen un vínculo directo con la literatura: el narrador es el editor-agente de Clara Galván, una escritora de éxito que duda de la originalidad de sus novelas al leer los textos de otra escritora, Sonia Kraskowa, que son idénticos a los suyos. Se exploran los aspectos que atormentan a la escritora al desempeñar su oficio.

Descubrimos también el anhelo del editor (el narrador): su deseo oculto de ser escritor y el silencio narrativo en el que cayó cuando no ganó un concurso literario siendo universitario. El concurso lo ganó Clara, y entendemos que haciendo trampas.

En Los altillos de bruma, los juegos infantiles recordados por la protagonista, Adriana-Anairda, guardan una estrecha relación con la creación del lenguaje y su versatilidad. El hablar o escribir invirtiendo el orden de las letras, más allá de ser un juego infantil, provoca en la narradora la evocación de un mundo irreal pasado en el que siente ser ella misma.

El Elemento Fantástico

  • Un jacarandá que crece en condiciones que no le son adecuadas y que nadie ha visto salvo Lúnula y Violeta.
  • Un reloj de pie artesanal de casi 3 metros de altura cuya construcción estaría fechada en 1700 en un lugar lejano. Este reloj altera los sucesos de la casa desde que el padre decide comprarlo y sobrevive a un misterioso incendio.
  • Los escondites de Mi hermana Elba, lugares especiales que permiten ver o oír sin ser vistos por nadie.
  • Una mujer que está en una velada donde varios personajes se han reunido en una noche de tormenta. Nadie conoce a esta mujer y nadie ha reparado en ella. Desaparece repentinamente después de que en la casa hayan sucedido una serie de pequeños hechos extraños.

Estos son algunos de los elementos fantásticos que encontramos en estos relatos. Elementos no racionales cuya función es situarnos a los lectores en otro paradigma donde lo inexplicable aparece.

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