Análisis de la obra poética de Miguel Hernández

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Vida y muerte:

En la obra de MH se observa una estrecha relación entre la biografía y la creación lírica del poeta. Su obra es como una vida.

En Perito de lunas 1933 se refleja la naturaleza. Es el comienzo de la vida, despreocupada y optimista. Si hay pena, es más pena literaria que real. Con El rayo que no cesa 1936 su poesía se tiñe de un vitalismo trágico y todo queda envuelto por un fatalismo sobrecogedor. La obra es un cancionero de la pena amorosa; muerte por amor. La vida se presenta amenazada por fuerzas incontrolables, está marcada por un signo sangriento.

Al comenzar la guerra Viento de pueblo 1937 lanza su voz combativa con tonos épicos y entusiastas: ahora la muerte es parte de la lucha y de la vida. Sin embargo el pesimismo en El hombre acecha 1939 su intimismo se puebla de una visión desalentadora.

Pasa la guerra y llega a la cárcel, y sus poemas se oscurecen con el desengaño y la tristeza: muere su primer hijo, es condenado a muerte, vive en la soledad y enferma. En este contexto nace Cancionero y romancero de ausencias 1938-1941. El amor frustrado por la soledad del amor vivido desde la cárcel, conllevan a la desolación y dolor, a pesar de ello, el poeta ve en el amor una fuerza redentora, porque no hay salvación si no se ama. La muerte existencialista y la muerte real del período socio-político se une al concepto de la muerte como generadora de vida: se es vencedor de la muerte cuando engendramos.

Lenguaje poético:

Los símbolos de MH varían en intensidad y en significado, aun siendo los mismos elementos léxicos, según la etapa que experimenta.

En Perito de lunas 1933 destaca la presencia de los elementos naturales de su tierra natal. De los símbolos más representativos de este primer poemario podemos citar al toro, muestra de fuerza y virilidad, y los símbolos referidos al sexo masculino (remo exigente), al sexo femenino (néctar hostil) y al deseo sexual (fuego de arenal).

En El rayo que no cesa 1936 los símbolos: el amor, un amor insatisfecho, imposible y trágico. Aquí el toro representa al amante: por una parte, encarna la virilidad; por otra, el destino trágico. El poeta vive su pasión amorosa como una tortura, de ahí la abundancia de símbolos que expresan la herida de amor. Por otra parte, la referencia de fenómenos atmosféricos le sirve al poeta para expresar la fuerza aniquiladora de la pasión amorosa.

La nueva etapa de MH con la guerra civil. Su poesía se torna de guerra, arma de lucha. En Viento de pueblo 1937 contrapone al buey, animal cobarde y resignado, el león, águila o toro, símbolos de orgullo y pelea, rebeldía e inconformismo. Ya no se canta tanto a la amada como deseo, sino que pone el acento en la maternidad: el símbolo es el vientre.

En El hombre acecha 1939 recuerda la máxima latina homo homini lupus. Encontramos el tema del hombre como fiera, símbolo de la animalización del hombre a causa de la guerra y el odio, las fieras son los hombres en una lucha.

En la última poesía, Cancionero y romancero de ausencias 1938-1941 se impone el binomio luz/sombra, equivalente a decir vida y muerte. La sombra va ganando terreno con el avance de la guerra, la muerte de su hijo, la cárcel y ausencia del amor, MH cierra su peripecia vital y poética con unos versos de reafirmación de la luz sobre la sombra, afirmando su fe en la luz y libertad.

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