El animal cultural filosofía

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¿Puede alguien llegar a ser persona sin ayuda de la sociedad? ¿Puede sobrevivir y Evolucionar una sociedad que no respete a las personas? La relación entre individuo, Sociedad y cultura ha sido objeto de estudio de la filosofía desde sus inicios. Para Conocer la realidad humana no bastan las ciencias de la naturaleza; es preciso abrirse, A partir de lo biológico, a una comprensión cultural del complejo fenómeno humano. La cultura es el modo de vida de un grupo de personas que se relacionan entre sí y se Hallan organizadas, cooperando unas con otras: el almacén de sus conocimientos, su Modo de pensar, de decir, de sentir, de creer y de hacer. La cultura configura a las Personas hasta el punto de constituir su segunda naturaleza. Al comparar sociedades entre sí, nos damos cuenta de la diversidad cultural existente. Incluso es frecuente que en una misma sociedad convivan distintos pueblos y culturas Dando lugar al fenómeno del multiculturalismo. Reflexionar sobre la cultura nos puede ayudar a entendernos a nosotros mismos; Dialogar con otras culturas nos permitirá comprender a los seres humanos como seres Que necesitamos convivir. 1.- Naturaleza humana, individuo y cultura. 1.1. El animal cultural. No es fácil hablar de la “naturaleza humana”. ¿Hay algo por lo que podamos englobar En el género Homo a los sucesivos subgéneros, hábilis, erectus, sapiens? Dada esta Dificultad, conviene comenzar el estudio de la naturaleza humana examinando su Constitución biológica. Pero, al hacerlo, descubriremos en ella misma la necesidad intrínseca de rebasarla y Abrirse a la cultura. Porque el ser humano es un animal peculiar cuya naturaleza Biológica se abre al orden cultural: al lenguaje, la técnica, la moral, el derecho, la Economía, el arte, la ciencia y la religión. Es, por consiguiente, un “animal cultural”. La cultura introduce un modo de adaptación eficaz que aporta mecanismos como el Lenguaje simbólico y la técnica, que permiten orientarse en el mundo, reducir la Complejidad de la experiencia y lograr cierta seguridad y confianza ante los peligros. Por tanto, el mundo de la cultura, creado por la capacidad humana de invención y Anticipación, sirve para disminuir el miedo a lo casual e imprevisto, para reducir la Incertidumbre. Así pues, la naturaleza humana tiene una dimensión biológica y una cultural que Interaccionan entre sí, ya que la naturaleza biológica específica de los seres humanos Posibilita la vida cultural, y la dimensión cultural aumenta el poder de adaptación de la Naturaleza biológica, favoreciendo cambios que no sabemos hasta qué punto influirán En la evolución biológica del ser humano. 1.3. El individualismo y sus límites. Ese nuevo concepto de libertad individual se desarrolló con el tiempo hasta Convertirse en lo que hoy se conoce como teoría del individualismo posesivo. Según esta teoría, cada ser humano es el único propietario de su propia persona y de Sus capacidades, sin que deba nada por ellas a la sociedad. Se afirma que el individuo Será libre en la medida en que sea propietario de sí mismo, de sus capacidades y del Producto de las mismas, sin depender de la voluntad de los demás. En consecuencia, la sociedad es contemplada como un conjunto de individuos Propietarios que se relacionan entre sí mediante el intercambio de los bienes y Servicios que hayan sido capaces de acumular. La teoría supone que cada cual tratará de buscar su propio beneficio particular en Toda relación social, y entiende que el Estado ha de proteger la libertad del individuo y La propiedad privada de los bienes, para que puedan funcionar los intercambios. Sin embargo, sabemos que este tipo de individualismo reduce excesivamente la Realidad humana, puesto que toda persona, para llegar a serlo y desarrollar sus Capacidades, necesita el apoyo y la cooperación de la sociedad en la que vive. No Existe individuo humano que no tenga contraída una deuda con la sociedad y que se Pueda considerar a sí mismo totalmente independiente de ella. De ahí que se hable a menudo de un individualismo altruista, o cooperativo. Porque, Como afirmó Inmanuel Kant, los humanos estamos dotados de una “insociable Sociabilidad”. Por eso es necesario encontrar el equilibrio entre un individualismo Insolidario, que no responde a la realidad humana, y un colectivismo que anule la Individualidad, puesto que tampoco este último responde a lo que somos.

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