Arte prehistórico y la invasión musulmana en la Península Ibérica

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PINTURA CANTÁBRICA Y LEVANTINA

Pintura Cantábrica (30.000-15.000 a.C.): Se sitúan principalmente en la cordillera Cantábrica y en el sur de Francia. Las pinturas pertenecen mayormente al Paleolítico Superior. Se encontraban en partes no habitadas de las cuevas por lo que tenían que disponer de fuego ya que no se veía nada en los lugares en los que pintaban. Se representaban principalmente animales pero también puntos, formas alargadas, manos… Se cree que pintaban para atraer la caza. Las pinturas suelen ser policromas (negras, rojos y ocres, principalmente). Son pinturas realistas (donde el animal es perfectamente reconocible), realistas y sin abstracción.

Pintura Levantina (15.000-5.000 a.C.): Se pueden encontrar en las zonas de Valencia, Tarragona, Castellón y Teruel. Pertenecen al Mesolítico y Neolítico. Su principal emplazamiento son las entradas de las cuevas o ni siquiera en cuevas, sino en abrigos rocosos. Las principales características de estas pinturas son; la monocromía (rojo o negro), raramente combinaban colores; el predominio de figuras más esquemáticas, un arte más conceptual donde predomina más la idea que el propio objeto; y la abundancia de la figura humana. Se representaban escenas muy dinámicas como la caza o los rituales.

INVASIÓN MUSULMANA

Los musulmanes ocuparon la Península Ibérica a partir del 711 como consecuencia del proceso de expansión política y religiosa que verían experimentando desde el nacimiento del islamismo. En pocos años dominaron casi toda la península por la debilidad de la monarquía visigoda inmersa en una crisis política y económica. La presencia musulmana coincidió con una guerra civil entre las civilizaciones que se disputaban el poder y en el norte se produjo un levantamiento popular aunque era muy débil la monarquía visigoda estaba muy centralizada y carecía de poderes locales por eso se desmanteló prácticamente con una única derrota. La nobleza hispanorromana prefirió pactar con los musulmanes antes que enfrentarse a ellos ya que respetaron su posición dominante y sus prácticas religiosas a cambio de pagar impuestos. Los humildes tampoco se opusieron ya que no salieron perjudicados por cambiar de señores. Los judíos apoyaron la presencia musulmana con la que esperaban reactivar la actividad económica y comercial. Los musulmanes favorecieron este proceso pronunciando fórmulas de sumisión voluntaria que incluían el respeto de las propiedades y de las prácticas religiosas de quienes se sometieran pacíficamente.

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