Autofinanciación de enriquecimiento y mantenimiento

Autofinanciación de enriquecimiento:

La autofinanciación está constituida por los fondos generados por la propia empresa. Los beneficios no se reparten a los socios, sino que se retienen en la empresa para la realización de nuevas inversiones y para que la empresa crezca. Existen diversos tipos de reservas según sea la causa de su dotación y su destino: legales, estatutarias y voluntarias. Las ventajas de la autofinanciación por reservas son:

• Mayor autonomía y libertad de acción para la empresa.
• Constituyen una fuente de recursos financieros que no es necesario remunerar.
• Para las pequeñas y medianas empresas, es prácticamente la única forma de obtener recursos financieros a largo plazo.

Los inconvenientes de este tipo son:

• Aunque no se remunere, la autofinanciación tiene su coste de oportunidad.
• La autofinanciación lleva a que a veces se realicen inversiones poco rentables por ser recursos financieros que no ha resultado difícil obtener y que no hay que remunerar.

Autofinanciación de mantenimiento:

Sirve para cubrir las depreciaciones que se producen en bienes de activo no corriente y los gastos extraordinarios e imprevistos de cada ejercicio. La autofinanciación de mantenimiento trata de conservar el patrimonio constituyendo cada ejercicio unos fondos destinados a la amortización del inmovilizado depreciado, que permita renovar sus equipos productivos y, en consecuencia, mantener intacta la capacidad productiva de la empresa. Dentro de la autofinanciación de mantenimiento se distingue entre los fondos de amortización y las provisiones: la amortización tiene como objetivo reunir los fondos necesarios para reparar la pérdida de valor de los bienes de la empresa. Las provisiones son cantidades que se detraen de los beneficios antes de su cálculo y se dotan contablemente como gasto una vez estimado su valor.