La Belleza, la Gracia y lo Sublime: Explorando la Estética

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BELLEZA

Se mezcla de modo indisoluble lo bueno y lo hermoso. También se observa una belleza estética, entendida como una belleza puramente formal y funcional. Se pretende buscar la armonía, la medida, el orden, con el fin de transmitir seguridad y serenidad. Limpieza, nobleza, serenidad, simplicidad, etc. Belleza formal/belleza funcional

GRACIA

La gracia agrada sin reglas. El carácter más sensual y afectivo de la gracia, ante la racionalidad de la belleza. Conlleva una carga dinámica de la que carece lo bello. Su carácter más intuitivo, más espontáneo, frente a la mayor normativización de la belleza. Expresión de la naturalidad y la libertad frente a la rigidez y la artificialidad. Se ha vinculado lo gracioso con lo pequeño, aunque no siempre lo grande está excluido de esta categoría. La gracia también presenta un carácter afable que la diferencia de la seriedad de la belleza o de la gravedad de lo sublime. A menudo, presenta cierta suavidad, amabilidad, espontaneidad, ingenuidad o ternura que la vuelven encantadora y agradable.

SUBLIME

La atracción de lo sublime se fundamenta en una alteración de las características de lo bello. La belleza nos atrae y nos produce deleite; mientras que lo sublime se presenta como una paradoja: al mismo tiempo lo contemplado nos atrae y sobrecoge, incluso espanta. La persona se va a enfrentar con algo insólito, incluso amenazante, y esta visión le va a producir asombro, estupor, se va a sentir amenazada moral e incluso físicamente. Grandeza o desmesura del objeto que despierta el sentimiento de lo sublime. Los objetos sublimes son vastos y los objetos hermosos son relativamente pequeños. Predomina en la arquitectura y, sobre todo, en las grandes obras de ingeniería contemporáneas. Lo sublime conmueve.

Lo sublime terrible

Sentimiento que viene acompañado de horror o melancolía. (Pinturas románticas, sufre desantromorfización)

Lo sublime noble

Un sentimiento que viene acompañado de admiración sosegada. Al contemplarlo conmueve mucho más que cuanto uno pueda imaginarse por cualquier descripción, pero su arquitectura es sencilla y noble. (pirámide de Egipto)

Lo sublime magnífico

Cuya belleza que hay en lo magnífico alcanza un grado tal que se escapa del concepto de belleza propiamente dicho y se extenderá sobre un plano sublime. (Basílica de Roma, es bella, pero el oro detalles y demás lo hacen magnífico).

Dos formas de lo sublime según los elementos contrastantes:

Lo sublime matemático, que surgiría del contraste entre la incapacidad de nuestra percepción para abarcar la magnitud del objeto sublime y la superioridad de nuestra razón que nos permite representárnoslo, provocando de este modo la mezcla de dolor y placer que caracteriza el fenómeno de lo sublime: dolor por no poder percibir más que lo limitado, placer por poseer la idea de la cantidad ilimitada. (Tiene que ver con la magnitud).

Lo sublime dinámico, Kant comienza a analizarlo a partir del concepto de fuerza. Señala el contraste entre nuestra pequeñez física (endeblez) frente a las fuerzas de la naturaleza y nuestra grandeza moral. Si antes era la razón la que nos ayuda a «soportar» lo sublime, en este caso sería nuestra fuerza moral. (Ser superiores a la naturaleza, mucho en publicidad).

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