El Bienio Reformista de la Segunda República Española (1931-1933)

El Bienio Reformista fue un período de intensas transformaciones en España durante los dos primeros años de la Segunda República (1931-1933). El gobierno, liderado por Manuel Azaña, impulsó una serie de reformas ambiciosas en diversos ámbitos con el objetivo de modernizar el país y corregir las desigualdades sociales. A continuación, se analizan las principales reformas en tres sectores clave: agricultura, educación y ejército.

Reforma Agraria

La agricultura española en 1931 se caracterizaba por el predominio del latifundio, grandes extensiones de tierra en manos de unos pocos propietarios, y las precarias condiciones de vida de los campesinos. La Ley de Reforma Agraria de 1932 buscaba modernizar el sector, redistribuir la tierra y mejorar la situación de los campesinos. La ley contemplaba la expropiación, con indemnización, de tierras mal cultivadas, compradas con fines especulativos o pertenecientes a la nobleza. Estas tierras serían parceladas y entregadas a comunidades de campesinos o pequeños agricultores.

Sin embargo, la aplicación de la reforma fue lenta y generó tensiones sociales. La lentitud del gobierno en la expropiación y distribución de tierras provocó la impaciencia de los campesinos, quienes ocuparon tierras en Andalucía y se enfrentaron a las fuerzas de orden público. El suceso más grave fue el de Casas Viejas (enero de 1933), donde murieron 22 personas por la acción de la Guardia Civil. La reforma agraria fracasó debido a la lentitud del gobierno, la impaciencia de los campesinos y la oposición de los grandes propietarios.

Educación

En 1931, el analfabetismo en España alcanzaba el 40%, siendo aún mayor entre las mujeres (50%). La Segunda República se propuso como objetivo prioritario la educación del pueblo, influenciada por la Institución Libre de Enseñanza. Se implementaron medidas como:

• Construcción de escuelas: En dos años se construyeron más escuelas que durante las tres décadas anteriores bajo la monarquía.
• Creación de cantinas escolares, bibliotecas ambulantes y misiones pedagógicas.
• Ampliación de la formación de maestros.
• Obligatoriedad de exámenes en centros públicos para los centros privados (religiosos), lo que generó un fuerte enfrentamiento con la Iglesia.
• Aumento de la enseñanza secundaria.

Estas medidas representaron un avance significativo en la educación en España, aunque no estuvieron exentas de conflictos, especialmente con la Iglesia Católica.

Ejército

El ejército español en 1931 presentaba problemas de sobredimensionamiento del cuerpo de oficiales, falta de preparación e injerencia en la política. Manuel Azaña, como Ministro de la Guerra, impulsó una reforma para modernizar y reducir el ejército. La Ley Azaña de 1931 permitió la retirada voluntaria de oficiales con paga completa, a la que se acogió casi la mitad del cuerpo de oficiales. Se redujo el número de divisiones y se pasó de una administración militar a una civil en el Protectorado de Marruecos. Se cerró la Academia Militar de Zaragoza y se creó la Guardia de Asalto, una fuerza de orden público fiel a la República.

La reforma del ejército fue una de las más controvertidas del Bienio Reformista, generando oposición entre los sectores más conservadores del ejército y la sociedad.

En resumen, el Bienio Reformista de la Segunda República Española fue un período de profundas transformaciones que buscaron modernizar el país y corregir las desigualdades sociales. Las reformas en agricultura, educación y ejército, aunque no exentas de dificultades y conflictos, sentaron las bases para una sociedad más justa y democrática.