Caracterización de los personajes de historias de una escalera
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En la última escena confluyen las historias de todos: sus defectos, sus errores, sus
Esperanzas que se han ido al traste, sus rencores… El desenlace abierto se convierte en una
Forma de reflexión que implicará al propio espectador. Este se interrogará por su propio tiempo
Y destino, mirará atrás y adelante./ Historia de una escalera es un drama que
Pretende reflexionar sobre el destino de los personajes con la intención de que el espectador
Experimente emocionalmente interiorizando el mensaje transmitido.
Técnicamente, Buero Vallejo es un dramaturgo que concede un gran valor a las
Acotaciones, sencillas pero precisas. En ellas se encuentra la información escénica necesaria
Para su adecuada representación. Se trata de un escritor muy conocedor de los aspectos
Escenográficos, lo cual facilita la labor del director de escena. Esas acotaciones dan información
De movimientos (“Carmina, la madre, sale de su casa”), gestos (“Su marido la mira violento”),
Sonidos (“cierra la puerta sin ruido”), marcas espacio-temporales (“sale con mucho sigilo de su
Casa y cierra la puerta”)… Al mismo tiempo maneja hábilmente la caracterización de los
Personajes, tanto física como psicológica (“baja tembloroso la escalera; fija su vista, con
Ansiedad, en la esquina”). Estas indicaciones retratan con agudeza y a veces con evidente
Subjetividad el mundo interior y moral de los personajes.
El lenguaje utilizado en los diálogos se basa en el buen uso del registro coloquial
(familiar) e incluso en ocasiones vulgar. Además de la fluidez en el intercambio de mensajes,
Destaca el apasionamiento y la emotividad de las intervenciones, sobre todo las de Fernando,
Más extensas y elaboradas. Las de Carmina, en cambio, son mucho más breves. En ellas
Destacan las exclamaciones como lógica consecuencia de la tensión dramática (“¡Fernando!”;
“¡Qué felicidad!”). Fernando recurre con frecuencia a un léxico valorativo (“Ellos son viejos y
Torpes”), las oraciones exclamativas y exhortativas (“dime que sí”) y las repeticiones de palabras
(“Tienes que…”, “vencer”, “haré”, “felicidad”).
Buero, aunque suele huir del lenguaje retórico, incorpora en escasas ocasiones algunos
Recursos formales (figuras estilísticas), también habituales en el habla común: “este nido de
Rencores y de brutalidad” (metáfora), “mi adorada mujercita” (epíteto)…
Merece destacarse especialmente la utilización de códigos no verbales. Pensemos que el
Paso de los años ha de reflejarse en la caracterización física de Fernando y Carmina (canas,
Arrugas, vestimenta, etc.). La disposición de los personajes en el espacio es igualmente
Llamativa. Por un lado, los padres ocupan una posición más elevada, lo que les confiere una
Cierta superioridad. De otra, los hijos están juntos, unidos en un abrazo para enfrentarse a las
Dificultades. /El autor
Nos presenta el devenir de varias familias a través del tiempo. Con la elección de un final
Abierto, Buero pretende que el receptor reflexione y se implique en el tema que plantea: el
Inmovilismo de la gente ante un sistema que no permite progresar al individuo.
El hecho de que el desenlace se quede sin resolver implica que este asunto sea percibido
Por el propio autor de forma conflictiva. Aunque en apariencia no se decanta por una solución
Concreta, podemos advertir en sus palabras un cierto trasfondo pesimista. Que se vuelva a
Repetir la escena final parece querer transmitir que los personajes más jóvenes están abocados a
Un destino idéntico al de sus mayores. Es una apreciación subjetiva e intencionada. Del mismo
Modo, podría afirmarse que la ilusión que derrochan Carmina y Fernando confieren a la obra
Una dimensión positiva, esperanzada.