La Casa de Bernarda

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ENFRENTAMIENTO ENTRE UNA MORAL AUTORITARIA Y EL DESEO DE LIBERTAD. Esta obra está estructurada sobre una sola situación básica resultante del enfrentamiento de dos fuerzas, que podemos designar como “principio de autoridad” y “principio de libertad”, en permanente conflicto. Esa dialéctica hace que los personajes de la obra y su desenlace estén marcados por el destino trágico –tan del gusto de Lorca. Dicho destino viene dado por dos elementos: el mencionado conflicto y el enfrentamiento de las hijas a todo un mundo de convenciones sociales y morales encarnado en Bernarda. Desde la convención del duelo agobiante hasta la sombra del adulterio que insinúa Adela (“Me pondré la corona de espinas que tienen las queridas de algún hombre casado”). La otra consecuencia del despotismo de Bernarda es la frustración sexual y afectiva de quienes viven a su alrededor, desde su madre y su afán frustrado de maternidad hasta sus hijas que “Solo son mujeres sin hombre” y a las que “una lagartija” recorre los pechos mientras se ahogan en un calor fuertemente simbólico. Esa frustración precipitará la rebelión y con ello la tragedia que, como un sino irremediable La Poncia veía venir. En LCBA la tiranía está representada de manera simbólica por Bernarda, cuyo autoritarismo tiene como consecuencia unas relaciones conflictivas entre ella y todos los demás personajes. Su autoritarismo lo abarca todo y ocupa la totalidad de la obra, de hecho Bernarda –significativamente- empieza su intervención diciendo: “Silencio”; y acaba, en una estructura circular, que refuerza la idea de la presencia de este tema, con la misma palabra. En consecuencia, suscita sentimientos de odio y rebeldía entre quienes le rodean, como la Poncia (“Maldita sea”), la criada y las vecinas. Respecto a sus hijas, no sólo se cree dueña de sus vidas, sino también, de sus haciendas: “…mandaré en lo mío y en lo vuestro. El origen del despotismo de Bernarda tiene dos raíces: 1-El miedo a la maledicencia: Bernarda teme que la murmuración se vuelva en su contra y que hablen de ella en el pueblo. De ahí que su celo por el honor de sus hijas sea obsesivo y les imponga ese inhumano luto de ocho años. 2-Las posibles bodas de sus hijas la colocan ante una encrucijada clasista: como ella era rica, todos los posibles partidos de sus hijas en el pueblo son de inferior condición social, por lo que les impone el aislamiento y con ello una férrea represión sexual. En cuanto a las reacciones que ese autoritarismo suscita en los otros personajes:- Adela, la más contestataria de las hermanas, llegó a desafiar la autoridad de su madre, en una simbólica escena en la que incluso le rompió el bastón. Pero creyendo muerta la causa de su rebelión, pese haber rozado la liberación, se suicida. - En cuanto a Mª Josefa, su madre, encuentra en la locura la única vía de escape. Suicidio o locura como salida a tanto despotismo. - Angustias intentará utilizar su boda con Pepe, como una forma de escapar de casa, y salir de ese infierno aunque el desenlace de la obra frustrará ese anhelo. - Magdalena y Amelia también desean la libertad pero no llegan a rebelarse abiertamente, son más sumisas que las otras hermanas. - La Poncia es el personaje más cargado de odio hacia Bernarda y el que ve más claro qué consecuencias tendrá su despotismo. No obstante su rebelión y su revancha se quedan en el simple deseo (“Ese día me encerraré con ella…”).

 

Los personajes en “La casa de Bernarda Alba” Los personajes de la obra son mujeres, ya que se trata de un drama sobre ellas. Los hombres son personajes aludidos (Benavides, los jornaleros y sobre todo, Pepe el Romano, catalizador del conflicto). Bernarda: personaje central de la obra, se caracteriza por su espíritu tiránico y posesivo que llega a la violencia verbal y física contra sus hijas. Bernarda simboliza las convenciones morales y sociales, el papel tradicional de la mujer, el clasismo, pero, sobre todo, la autoridad y el poder. Su caracterización viene de la mano tanto de sus palabras y obras como de las referencias que a ella hacen otros personajes“Tirana de todas las que la rodean “, “Lengua de cuchillo”.Su carácter violento impregna sus propias palabras y expresiones: “Quién tuviera un rayo entre los dedos”, “Carbón ardiendo en el sitio de su pecado” Angustias: La hija mayor, heredera de una gran fortuna. Se encuentra reprimida y anhela la libertad pero no opone rebelión a su madre. La única salida a su férreo control es el matrimonio con Pepe el Romano, visto como una liberación que verá frustrada por los acontecimientos. Martirio: Como personaje posee dos rasgos importantes: la envidia hacia Adela y Angustias y la rebelión. Es la única hija, junto con Adela, que se enfrenta a Bernarda. Una malintencionada frase suya provoca el suicidio de Adela. En Martirio se presencian dos pasiones contrapuestas: por un lado, el temor instintivo hacía los hombres y por otro lado la frustración que le produce el tener que renunciar a ellos. Este conflicto interior le confiere una profunda carga psicológica. Adela: La más joven, encarna la rebeldía, la que más lamenta perder su lozanía entre cuatro paredes. Su pasión le hace enfrentarse a su madre como demuestra el simbólico episodio en el que le rompe el bastón. Al final Adela se suicida por pensar que Pepe el Romano había muerto y no encontrarse con fuerzas para enfrentarse a su madre y a la sociedad. Magdalena: Única hija que siente de verdad la muerte de su padre y la más compasiva aunque no se resigna a perder su juventud. Es un personaje conformista que no se rebela y acepta la opresión de su madre. Amelia: Es el personaje más desdibujado y se muestra resignada, medrosa y tímida. María Josefa: Madre de Bernarda, es un símbolo más que un personaje. En sus palabras se mezclan la locura y la verdad, convirtiéndose en portavoz de un anhelo común de libertad. Como vemos en ella, las únicas salidas al enfrentamiento contra la autoridad de Bernarda son el suicidio –Adela- o la locura. Fuera de esto, solo queda la sumisión. La Poncia: Personaje de la vieja criada, es la más llena de odio hacia Bernarda (“Mal dolor de clavo le pinche en los ojos”). Está forzosamente sometida a ella por interés. Es el personaje más clarividente de la obra. Gran conocedora del alma femenina, conoce a dónde puede desembocar la situación que se está gestando en casa de Bernarda, a la que previene por su propio sustento. Aunque no en contra de Bernarda, demuestra ser capaz de rebelarse. Es un personaje de gran fuerza dramática y vehemencia, reflejada en su forma de hablar: “Sarmentosa por calentura de varón”. Hay otros personajes como la criada, las vecinas y Prudencia que actúan en la obra pero muy desdibujados, adoptando una función casi coral.

TEMAS PRINCIPALES Y TEMAS SECUNDARIOS Según Ruiz Ramón la idea principal de “La Casa de Bernarda Alba” es el conflicto entre el “principio de autoridad” y el “principio de libertad”, entre el férreo despotismo de la madre y en anhelo de libertad de las hijas. Pero como este conflicto es objeto de otro tema del cuestionario, solo diremos que de él arrancan otros temas importantes en la obra. Entre los temas subsidiarios del primero, cabe destacar como una vertiente social, el clasismo: la prepotencia y el despotismo del poderoso sobre el débil, como la conducta de Bernarda hacia sus criadas y vecinas o su negativa a la relación de Martirio con Enrique Humanas porque “sus padres eran gañanes” o su afirmación de que “los pobres son como los animales”. Pero también el fantasma de la insolidaridad social entre los humildes planea en la obra en el trato degradante de la criada hacia la mendiga: “Por la puerta se va a la calle” Otro tema importante es la relación hombre-mujer en distintas vertientes. Muy reseñable es la de la represión sexual, más notable en el sexo femenino (“Son mujeres sin hombres. Nada más”) y muy palpable en esta obra puesto que Bernarda pretende enclaustrar a sus cinco hijas alejándolas del contacto con cualquier varón del pueblo, lo que desencadena el conflicto interno de personajes como Adela y, sobre todo, Martirio. Dentro, también, de las relaciones entre sexos, destaca el tema del machismo Los roles de los dos sexos están perfectamente definidos y la posición de dominio corresponde al varón. (“Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón”). La relación hombre-mujer para Bernarda es una sumisión de la mujer al marido, lo que convierte a la mujer en una presa sumisa estableciendo así una relación conyugal fría y carente de afecto. Por otra parte, debido al papel que esa sociedad atrasada asigna al sexo femenino, la única salida “natural” para la mujer es la boda, que para las hijas de Bernarda supondría la liberación del yugo materno, pero su enclaustramiento forzoso les negará incluso esa salida. Dentro del marco de las críticas a la “España profunda”, es destacable en Bernarda la obsesión por la honra, la honra de la familia, a la que se asocia el miedo a la maledicencia y la murmuración, -pues la honra hay que entenderla como la estimativa ajena, lo que los demás digan de uno- . Bernarda se sirve de Poncia para estar al tanto de los chismes. Pero en cambio ella (“lengua de cuchillo”) teme ser objeto a su vez de esas murmuraciones (“Ya estarán las vecinas con la oreja pegada a la pared”). Por eso llega su ceguera a imponer la mentira de que Adela ha muerto virgen. Este es un reflejo de la sociedad rural atrasada en la que vivía Bernarda. En el ambiente opresivo de la casa, las relaciones entre los personajes están presididas por el odio, siendo muy destacable el que Poncia experimenta hacia Bernarda (“Mal dolor de clavo le pinche en los ojos) tras tantos años de humillaciones. Pero también las relaciones entre las hermanas son tensas, propiciadas por la envidia de, sobre todo, Adela y Martirio hacia Angustias por el amor de Pepe y por su mayor fortuna personal gracias a la cual este se fija en ella.

GARCÍA LORCA Y EL TEATRO ANTERIOR A 1936 En el primer tercio del siglo XX, el teatro español presentaba dos frentes: 1- Un teatro comercial, conservador tanto técnica como ideológicamente, que triunfa entre el público burgués, con autores como Benavente, cuya comedia burguesa ofrece una crítica amable de la sociedad de la época y cuyos dramas rurales allanan en camino a Lorca; Marquina y Villaespesa suponen la dimensión teatral de un modernismo tardío y ofrecen un teatro poético lleno de reminiscencias nacionalistas; por último, los hermanos Quintero y Carlos Arniches son el exponente de un teatro costumbrista y cómico con ciertos ribetes críticos en el caso de Arniches. 2- Un teatro innovador que pretende aportar nuevas técnicas y enfoques ideológicos, donde hallaremos en un primer momento figuras como Unamuno o Azorín y que desembocaría en la producción de los dos grandes renovadores del momento: Valle – Inclán y Federico García Lorca.El primer intento serio de reforma en la escena viene de la mano de Ramón María del Valle – Inclán, con un teatro que trasluce un sentido trágico y grotesco de la vida española, una mirada ácida que encuentra su formulación estética en la que fue su gran creación: el esperpento, consistente en la deformación caricaturesca, grosera e incluso soez de la realidad reflejada, la animalización y distorsión de los personajes. El resultado fue un teatro ambicioso que desbordaba incluso los límites de lo dramatúrgico para adentrarse en recursos y pretensiones más propias de la cinematografía. Su obra maestra fue “Luces de Bohemia”.Pero la renovación definitiva de la escena española vendría de la mano de Federico García Lorca.Su teatro gira en torno a un tema obsesivo y matriz: el de la frustración, el del divorcio entre la realidad y el deseo. Y ese tema genera otros subsidiarios como las relaciones imposibles (“Bodas de sangre”), la soledad (“Doña Rosita la Soltera”), la esterilidad (“Yerma”) o la crítica social (“El público”). Inquieto en cuanto a sus planteamientos técnicos y en busca de nuevos caminos, Lorca acudió a diversos géneros teatrales como la farsa, el guiñol –teatro popular e incluso infantil- el drama simbolista, el teatro vanguardista, la tragedia rural y el drama urbano. Todo en busca de caminos e inspiraciones que dieran una salida a su anhelo de renovación del teatro. Estilísticamente, su obra pasa lenta pero paulatinamente del verso y el lirismo a la prosa poética para, en “La casa de Bernarda Alba” buscar una depuración en la expresión en aras de un mayor realismo. En todo momento, no obstante, sus diálogos se caracterizan por su gran viveza e intensidad dramática que rozan el lirismo. En su lenguaje destacan el simbolismo, las metáforas, las comparaciones y otras figuras retóricas que prestan viveza a su expresión. La trayectoria de FGL evoluciona desde una fase de tanteos en los que va forjando su propio estilo para posteriormente pasar a una época de crisis propiciada por su homosexualidad y el replanteamiento de los fundamentos de su creación merced al surrealismo. En esta fase escribe sus “comedias imposibles” entre las que destaca “El público”. Esta evolución desembocará en la época del gran Lorca, aquella en la que dirige la compañía “La Barraca” y alcanza su máximo esplendor como dramaturgo con tragedias como “Yerma”, “Bodas de sangre” y, sobre todo, su obra maestra: “La casa de Bernarda Alba”.

LA POESÍA ESPAÑOLA DESDE COMIENZOS DEL XX HASTA LA POSGUERRA La transición del siglo XIX al XX se presenta marcada por la crisis de la conciencia burguesa, que produjo en España una generación de autores –la “Generación de fin de siglo”- que expresaba su rechazo al mundo burgués en dos vertientes:// -El Modernismo. Produce una poesía esteticista que cultivaba temas exquisitos y ambientes refinados y aristocráticos que suponían una evasión del mundo burgués. Bajo la influencia de Rubén Darío, se sitúan en esta corriente poetas como F. Villaespesa y E. Marquina.// -La Generación del 98, mucho más narrativa y ensayística que lírica, aborda el problema de la regeneración de España y de la existencia humana desde una estética más sobria y un planteamiento más profundo de los temas. A. Machado y M. de Unamuno fueron los poetas de esta generación.//  Antonio Machado inició su andadura poética dentro de un Modernismo de marcado acento personal para evolucionar luego hacia una poesía más sobria. Su mundo temático es amplio, por cuanto en él encontramos motivos intimistas (su infancia, el amor, la muerte de su esposa, el paisaje, etc.) y políticos (Castilla como proyección de España y la visión pesimista de la realidad nacional, a la manera de los autores del 98) pasando por la preocupación filosófica y existencial. Campos de Castilla es su obra cumbre.//  Por encima de las  dos corrientes destaca la poderosísima e influyente figura de Juan Ramón Jiménez, cuyo magisterio planeó sobre la siguiente generación. Sus primeras obras se encuadran en un Modernismo depurado de estridencias pero con una gran musicalidad y un sentimentalismo nostálgico para luego evolucionar hacia una poesía desnuda de artificio, presidida por el ansia de perfección y la concepción de la poesía como un modo supremo de conocimiento. Diario de un poeta recién casado es considerada su mejor obra. // Con posterioridad y bajo la doble influencia de las vanguardias rupturistas europeas (los “ismos”) y de la tradición española, surge un grupo numeroso y genial de poetas: la Generación del 27, cuyas afinidades estéticas se basan en la búsqueda de la síntesis entre distintas dicotomías: -Entre lo tradicional (Góngora, romancero, Garcilaso…) y lo vanguardista (los “ismos”). -Entre lo culto (poesía pura, Juan Ramón, hermetismo…) y lo popular (romances, estrofas ligeras…) -Entre lo universal (vanguardias, Valèry…) y lo español castizo (flamenco en Lorca y Alberti). -Entre el esteticismo formalista (Guillén, poesía pura…) y el compromiso humano (poesía social de Alberti).// La nómina de poetas de este grupo es extensa, pues alrededor del núcleo básico giraron otros poetas de no poca valía. Ese grupo básico estaría constituido por: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Rafael Alberti y Luis Cernuda. A ellos habría que añadir algunos poetas “epígonos” entre los cuales descuella la figura importantísima de Miguel Hernández.// Después del tremendo trauma de la guerra civil, vino una dolorosa posguerra en la que buena parte de los mejores poetas españoles –casi todos los del 27- partieron al exilio. En el destierro, sus temas pasan del lamento por la derrota y los denuestos a los vencedores a una serena reflexión y la nostalgia. En cuanto a los que quedaron en España, la poesía de los 40 y 50 está dominada por la llamada Generación del 36, o Generación escindida, que nos ofrece dos vertientes:   -Una llamada “poesía arraigada”, que cultiva los metros y temas tradicionales (muy destacadamente el tema de Dios) a la que pertenecen poetas como Rosales, Panero o Ridruejo.-La llamada “poesía desarraigada”, bajo la influencia de “Hijos de la ira” de D. Alonso. Son poetas para los que el mundo es un angustioso caos, que se expresan en un estilo lejos de todo esteticismo y cultivan básicamente el tema existencial y social. Poetas como Blas de Otero o E. de Nora forman parte del grupo.


 

LA POESÍA ESPAÑOLA DESDE COMIENZOS DEL XX HASTA LA POSGUERRA La transición del siglo XIX al XX se presenta marcada por la crisis de la conciencia burguesa, que produjo en España una generación de autores –la “Generación de fin de siglo”- que expresaba su rechazo al mundo burgués en dos vertientes: -El Modernismo. Produce una poesía esteticista que cultivaba temas exquisitos y ambientes refinados y aristocráticos que suponían una evasión del mundo burgués. Bajo la influencia de Rubén Darío, se sitúan en esta corriente poetas como F. Villaespesa y E. Marquina.  -La Generación del 98, mucho más narrativa y ensayística que lírica, aborda el problema de la regeneración de España y de la existencia humana desde una estética más sobria y un planteamiento más profundo de los temas. A. Machado y M. de Unamuno fueron los poetas de esta generación. Antonio Machado inició su andadura poética dentro de un Modernismo de marcado acento personal para evolucionar luego hacia una poesía más sobria. Su mundo temático es amplio, por cuanto en él encontramos motivos intimistas (su infancia, el amor, la muerte de su esposa, el paisaje, etc.) y políticos (Castilla como proyección de España y la visión pesimista de la realidad nacional, a la manera de los autores del 98) pasando por la preocupación filosófica y existencial. Campos de Castilla es su obra cumbre. Por encima de las  dos corrientes destaca la poderosísima e influyente figura de Juan Ramón Jiménez, cuyo magisterio planeó sobre la siguiente generación. Sus primeras obras se encuadran en un Modernismo depurado de estridencias pero con una gran musicalidad y un sentimentalismo nostálgico para luego evolucionar hacia una poesía desnuda de artificio, presidida por el ansia de perfección y la concepción de la poesía como un modo supremo de conocimiento. Diario de un poeta recién casado es considerada su mejor obra.// Con posterioridad y bajo la doble influencia de las vanguardias rupturistas europeas (los “ismos”) y de la tradición española, surge un grupo numeroso y genial de poetas: la Generación del 27, cuyas afinidades estéticas se basan en la búsqueda de la síntesis entre distintas dicotomías:-Entre lo tradicional (Góngora, romancero, Garcilaso…) y lo vanguardista (los “ismos”)  -Entre lo culto (poesía pura, Juan Ramón, hermetismo…) y lo popular (romances, estrofas ligeras…) -Entre lo universal (vanguardias, Valèry…) y lo español castizo (flamenco en Lorca y Alberti).  -Entre el esteticismo formalista (Guillén, poesía pura…) y el compromiso humano (poesía social de Alberti). La nómina de poetas de este grupo es extensa, pues alrededor del núcleo básico giraron otros poetas de no poca valía. Ese grupo básico estaría constituido por: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Rafael Alberti y Luis Cernuda. A ellos habría que añadir algunos poetas “epígonos” entre los cuales descuella la figura importantísima de Miguel Hernández.// Después del tremendo trauma de la guerra civil, vino una dolorosa posguerra en la que buena parte de los mejores poetas españoles –casi todos los del 27- partieron al exilio. En el destierro, sus temas pasan del lamento por la derrota y los denuestos a los vencedores a una serena reflexión y la nostalgia. En cuanto a los que quedaron en España, la poesía de los 40 y 50 está dominada por la llamada Generación del 36, o Generación escindida, que nos ofrece dos vertientes:  -Una llamada “poesía arraigada”, que cultiva los metros y temas tradicionales (muy destacadamente el tema de Dios) a la que pertenecen poetas como Rosales, Panero o Ridruejo.   -La llamada “poesía desarraigada”, bajo la influencia de “Hijos de la ira” de D. Alonso. Son poetas para los que el mundo es un angustioso caos, que se expresan en un estilo lejos de todo esteticismo y cultivan básicamente el tema existencial y social. Poetas como Blas de Otero o E. de Nora forman parte del grupo.

Tradición y Vanguardia en la poesía de M Hernández. Miguel Hernández es un poeta que asimila todo lo que leía y oía. Al principio se inspiro en la poesía tradicional, pero también imitaba a escritores clásicos y contemporáneos. Tiende a innovar pues crea un  mundo poético propio. La tradición de los clásicos y modernos españoles: En su primera etapa esta influido: El costumbrismo regionalista que se funde con la identificación emocional y vital de M.H a la naturaleza esto se refleja en sus poemas juveniles publicados en Orihuela (En cuclillas ordeño una cabrita y un sueño) o incluso poemas regionalistas escritos en “panocho”.Corrientes ascéticas y místicas de la tradición regionalista, del petrarquismo de Garcilaso. (Estoy perdidamente enamorado de una mujer tan bella como ingrata.) Catolicismo de Calderón de la Barca, que nos lleva a encontrar poemas de exaltación mariana. (¡Tú! Que eras ya subida soberana/ de subir acabaste).  Estas influencias (b y c) son visibles desde sus obras  “El silbo vulnerado” a “El rayo que no cesa”. // Pero la personalidad que más impacta en el joven es la de Luis de Góngora, homenajeado e imitado por la generación del 27 y cuya figura inspira “Perito en lunas”. Las vanguardias: el surrealismo: Los contactos de M.H con las vanguardias literarias fueron escasos. Destacan:  Poesía pura: que conoció en su primer viaje a Madrid, emulando  a Góngora “Perito en lunas”, sumando nuevas imágenes con un inusual lazo racional, con un deseo de extrañeza y desacuerdo. Surrealismo: a mediados de de 1935 hasta 1936 (cuando estalle la guerra civil) emplea recursos surrealistas debido a un giro ideológico, al dejar atrás su concepción católica y tradicionalista del mundo. (Guiando un tribunal de tiburones/ como con dos guadañas eclipsadas). Neopopularismo: Es la recreación culta de la tradición de corte popular. Hernández sintoniza (aunque con otros matices) con Lorca y Alberti y sus recursos de poesía popular y flamenca. M. H estaba familiarizado con esta poesía por el hecho de que era buen amigo de troveros y era un buen improvisador de rimas, así podemos encontrar algunas composiciones breves en sus primeros poemas. “Que como el sol sea mi verso, mas grande y dulce cuanto mas viejo.  Conclusión: La obra de M.H confluyen lo clásico y lo moderno, lo tradicional y lo renovador, aunque no se pude decir que fuera un poeta vanguardista o surrealista, sino que recurría en determinados momentos a este tipo de vanguardias.  En resumen: M.H. empieza escribiendo una poesía de imitación de la poesía culta barroca; y termina su obra poética utilizando las formas más próximas a las que había tenido en su infancia de pueblo sencillo: la poesía tradicional.

 
El Compromiso social y político de Miguel Hernández  Para entender la evolución ideológica de la poesía de M. H, se debe considerar el entorno del poeta.  1. Nace en Orihuela, que a finales del siglo XX y principios del XX  era una ciudad muy religiosa, con un gran numero de clérigos y ordenes religiosas dando a sus habitantes una mentalidad conservadora. A esto hay que añadir:a) Su  corta vida escolar en dos colegios religiosos, uno de ellos de jesuitas,  que lógicamente dejarían su impronta en el niño que era.b) La influencia de su amigo Ramón Sijé, de militancia ultracatólica y afinidades filofascistas. El ejerció una influencia en su educación autodidacta al prestarle, junto con el canónigo Almarcha, libros que leía. Por lo tanto no es de extrañar que en sus primeros pasos su ideología fuese católica conservadora.  Muestra de ello son algunos poemas publicados en “El Gallo Crisis”.1  El giro ideológico del poeta provocado al  hacer su primer viaje a Madrid, pues conoce otra realidad distinta a la del mundo cerrado de Orihuela abandonando las ideas tradicionalistas y ingresara en el Partido comunista y se comprometerá intelectualmente con el bando republicano. Le abren nuevos horizontes las siguientes causas:a) Entabla amistad con el círculo de poetas de la Generación del 27.b)Conoce a Pablo Neruda (de clara militancia comunista) que animara a M.H a romper con Sijé y todo lo que este significaba. Añadamos sus orígenes humildes y su conciencia de clase junto con el estallido de la contienda en el año 1936.En cuanto a su poesía, la imagen el poeta comprometido políticamente la encontramos en sus dos libros escritos durante la guerra: 1) Viento del pueblo (1937) Este libro tienen como destinatarios a los soldados del bando republicano y al pueblo llano, a los que anima a levantarse en armas contra los rebeldes, “Yugos os quieren poner/gentes de la hierva mala”, también exhibe su optimismo revolucionario “yugos que habéis de dejar rotos sobre sus espaldas”. Pero tampoco es indiferente con los conformistas “los bueyes doblan la frente… delante de los castigos”. Este libro es una obra importante constituida con denuncias a la condición de oprimidos de algunos sectores de la población, como “El niño yuntero” a los que anima a rebelarse: ¿De donde saldrá el martillo/ verdugo de esa cadena?  El estilo de esta obra se hace claro para que sea comprendido por la población rural y analfabeta, esta llena de vocativos, imperativos, y abunda la segunda persona dado su carácter revolucionario. 2)El hombre acecha (1939)Libro publicado cuando es inminente la derrota republicana. Es la visión pesimista de la guerra acusada por el cansancio de tanta muerte y barbarie, pese a que aún perdura el compromiso político del poeta  -como el poema “Rusia”- al igual que se siguen encontrando invectivas contra los burgueses y los capitalistas (“Nacen puestos de gafas y una piel de levita”). El tono pesimista y desolado invade el libro por más que el poeta se aferre a la vida y a la esperanza por medio del amor. 3)Cancionero y romancero de ausencias. Ya derrotado, enfermo y en la cárcel, el poeta vuelve al yo intimista y personal de la primera etapa. Pasando del compromiso político al lamento nostálgico por la ausencia de sus seres queridos, como el dolor de la ausencia de Josefina, o de los fallecidos como su hijo (Muerto mío, x2/ nadie nos siente en la tierra/ donde haces caliente el frío).

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