Causas y consecuencias del colonialismo: Europa y España en el siglo XIX

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Las causas del colonialismo:

Los países europeos, para mantener su desarrollo, política y economía en buen estado, intentaron explorar nuevos territorios europeos con causas muy diversas:

  • Económicas: garantizar la obtención de mayores beneficios industriales y comerciales.
  • Demográficas: se necesitaba dar salida al exceso de población.
  • Políticas: los países europeos buscan países lejanos que proporcionen poder y prestigio.
  • Ideológicas: se justificaba como el deseo de transmitir la civilización europea o la religión cristiana a pueblos atrasados.

El reparto colonial

Alemania convoca a los países interesados en África para repartir los territorios y evitar luchas o guerras. Se conoce la ocupación ocupada por un país hasta el momento de la conferencia. No se conoce la ocupación de un territorio si no hay ocupación efectiva. Se admite la libre navegación por los ríos Congo y Níger y se prohíbe el uso de la fuerza para resolver los conflictos. Y se prohíbe el comercio de esclavos. Con el continente africano se quedan: Reino Unido, Francia, Alemania, Bélgica, Portugal, España y el Imperio Otomano. El continente asiático es de: Francia, Reino Unido y Rusia. Y Oceanía: Reino Unido, Alemania y Estados Unidos.

Los grandes imperios coloniales

Reino Unido y Francia.

La colonización y sus consecuencias

Colonias de poblamiento: una gran masa de emigrantes ocupan tierras deshabitadas para organizar su producción.

Las colonias de exploración: son territorios muy poblados, donde un reducido número de soldados y funcionarios organizan su explotación económica. Se crean ciudades e infraestructuras y se accede a los avances de Occidente, pero se anulan las estructuras sociales y culturales de sus habitantes.

España Restauración - La monarquía de Alfonso XII

La primera república española tiene sus últimos momentos, acosada por la sublevación de Cuba, los levantamientos cantonales y la guerra carlista, que provoca la alarma de los sectores burgueses más conservadores, que aspiran a la disolución del régimen republicano. Tras el último pronunciamiento del general Martínez Campos, Cánovas gestiona la restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II. La nueva constitución aprobada en 1876, monárquica y conservadora, establece la soberanía compartida entre rey y las cortes, y reconoce la religión católica como la oficial del estado. Las cortes se componen de congreso y senado. En 1890 se establece el sufragio universal masculino. El sistema de la restauración supone la recuperación del control político y económico por parte de la burguesía y la exclusión de importantes sectores sociales. Cánovas orienta el sistema hacia la defensa de la integridad territorial de España.

Los logros del sistema canovista

En el siglo XIX, la población aumenta, aunque se registra una abundante emigración hacia América. España sigue siendo emigrante agrícola, pero gracias al proteccionismo económico se produce un importante desarrollo de la siderurgia vasca y la industria en Cataluña. Cesan los conflictos armados, finalizando la tercera guerra carlista y firmando el pacto de Zanjón, que pone fin a la sublevación cubana a cambio de reformas. Cánovas consigue el apoyo de la Iglesia católica y los militares renuncian a su intervención en la política y cesan los pronunciamientos. La estabilidad política que pretendía el sistema se apoya en la alternancia del gobierno con el partido conservador de Cánovas y el partido liberal de Sagasti.

El fracaso del régimen

Los partidos republicanos se oponen a la restauración monárquica. La muerte de Alfonso XII y la regencia de María Cristina. El sistema era una democracia ficticia, los resultados electorales se amañaban. El movimiento obrero, el marxismo se estructura en torno al partido socialista obrero español, dirigido por Pablo Iglesias y la UGT. El anarquismo aglutina a obreros catalanes y jornaleros andaluces. El nacionalismo en Cataluña, Prat de la Riba funda la Liga Regionalista, con el objetivo de alcanzar el autogobierno. En el País Vasco, Sabino de Arana declara antiespañolista fundando el Partido Nacionalista Vasco. Tampoco el problema colonial se resolvió, surgiendo nuevos levantamientos en Cuba y Filipinas. Con el apoyo de Estados Unidos, los rebeldes consiguen derrotar a los ejércitos españoles. Por el Tratado de París de 1898, España acepta la independencia de Cuba y la cesión a Estados Unidos de Puerto Rico y Filipinas.

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