Ciudades superpuestas época colonial

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TEMA 6 AP 3

EL AIRE DE LA CIUDAD NOS HACE LIBRES

El proverbio medieval que afirmaba que "el aire de la ciudad hace libres a los hombres" nos describe el atractivo de las urbes en la Edad Media.

Si un siervo conseguía vivir un año en la ciudad sin ser detenido por su señor, pasaba a ser libre.

En la ciudad había ricos y pobres, pero todos eran libres, no sometidos a un señor. Las ciudades eran en cierta manera pequeñas islas de libertad en el mundo feudal.


Los judíos en la Europa medieval

La presencia judía en Europa se remonta a la época de los romanos, cuando en el año 135 d.C., tras una rebelión de los judíos contra Roma, fueron expulsados de Palestina y se dispersaron por todo el Imperio romano.

La hegemonía del cristianismo en la Europa medieval significó numerosas persecuciones contra el pueblo judío, aunque también hubo períodos de tolerancia.

Las comunidades judías de los reinos cristianos medievales vivían en las ciudades y se dedicaron principalmente al comercio, la artesanía, la medicina, la ciencia y la banca.

Debían usar ropas que los distinguieran de los cristianos y tenían que vivir en barrios apartados llamados alhamas o juderías.

En la Península Ibérica, a los judíos se les exigía el pago de unos impuestos extraordinarios, pero a cambio se les aseguraba la propiedad de sus bienes, la libertad de culto y el derecho a regirse por sus normas jurídicas.

LA SINAGOGA, EL LUGAR DE CULTO.

La sinagoga es el centro de oración de los judíos, donde el rabino o jefe espiritual interpreta la Torá, su libro sagrado, formado por los cinco primeros libros de la Biblia (Pentateuco).

Los dos elementos principales de la sinagoga son el arca, donde se conservan los rollos de las sagradas escrituras, y la tarima, desde la que se celebran las ceremonias.

Frente al arca se sitúa una llama perpetua en recuerdo de la que brillaba en el templo de Jerusalén.


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