Comentarios históricos

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Dictamen de la comision de las comunidades europeas

Contexto

Texto escrito en Bruselas en 1985, de carácter jurídico, público, autor colectivo y destinado a las naciones española y portuguesa. Fuente primaria. Tema político y económico.
En el texto se admite un dictamen favorable al ingreso de España y Portugal en las comunidades europeas. Este dictamen se hace teniendo en cuenta los siguientes factores:
1.- La previa negociación entre las partes en las que los miembros solicitantes reconocen las normas de las Comunidades europeas y su carácter vinculante.
2.- Que los estados solicitantes basan sus regimenes políticos en la democracia y el respeto a los derechos humanos.
3.- Que la ampliación de las Comunidades a los países solicitantes contribuirá a fortalecer la paz y la libertad en Europa.


Vocabulario
Comunidad Europea del Carbón y del Acero: La Comunidad Europea del Carbón y del Acero o CECA fue un organismo internacional del ámbito europeo que regulaba los sectores del carbón y del acero de los estados miembros. El objetivo económico del tratado era establecer un mercado común del carbón y del acero, es decir suprimir aranceles, subvenciones nacionales o medidas discriminatorias, para asegurar así la libre competencia
en este sector, obtener precios más baratos y un abastecimiento sin interrupción.
Comunidad Europea de la Energía Atómica: La Comunidad Europea de la Energía Atómica o (EURATOM) se crea en Roma en 1957 junto con el tratado que daba origen a la Comunidad Económica Europea (CEE). Se establece como objetivo el desarrollo de una industria propia nuclear europea mediante la creación de un mercado común de equipos y materiales nucleares, así como el establecimiento de unas normas básicas en materia de seguridad y protección de la población
Derecho comunitario: El Derecho comunitario es el conjunto de normas dictadas por los bloques o comunidades de naciones en proceso de integración económica y política. El nombre "comunitario" deriva de su origen en las Comunidades Europeas, con la proliferación de los procesos de integración en el mundo también es conocido como Derecho de la Integración. Se caracteriza por la tensión existente entre el principio de soberanía nacional de los estados miembros y las normas de carácter supranacional sancionadas por los órganos que gobiernan el bloque y dirigen el proceso integrador.


Análisis
Finalizado el régimen franquista, y sin el impedimento político de la Dictadura, los gobiernos de Suárez y Calvo Sotelo solicitaron el ingreso, pero pronto aparecieron las dificultades; dificultades no ya políticas, sino económicas. Las dificultades aparecieron en la estructura económica española (que chocaba con los intereses europeos, especialmente en agricultura y pesca), lo que llevó a que la petición estuviera ocho años sin ser admitida. Será en el primer gobierno de Felipe González, cuando se admita la solicitud.
Las negociaciones fueron muy difíciles, sobre todo por las reticencias francesas, que estaba presionada por los campesinos franceses. Estas se salvaron por el apoyo de Alemania , que vinculó el aumento de los fondos comunitarios a la entrada de España y Portugal, (tras relacionar Felipe González la entrada en la Comunidad y la OTAN) y el cambio de postura francesa con la llegada al poder en 1982 del socialista Mitterand.
El reconocimiento de las normas europeas y su carácter vinculante, tuvieron como consecuencia que España tuviera que ir cumpliendo varios de los requisitos para esta adhesión en relación a los comunes valores europeos y el respeto de la dignidad de la persona: Ratificación de los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y de Derechos Económicos y Culturales de las Naciones Unidas. Ingresó en el Consejo de Europa , donde firmó el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales. También suscribió la Carta Social Europea y reconoció la competencia de la Comisión Europea de Derechos Humanos para tramitar demandas de particulares.
La consolidación de la democracia española fue el segundo requisito necesario para la integración, pues según las normas de la Comunidad, “los Estados cuyos gobiernos carecen de legitimación democrática y cuyos pueblos no participan en las decisiones del gobierno —ni directa ni por medio de representantes elegidos libremente— no pueden ser admitidos en la Comunidad”
Finalmente debemos tener en cuenta que la aprobación del ingreso se trataba también de una decisión política para fortalecer a las incipientes democracias de Grecia, Portugal y España, pero que entrañaba importantes dificultades económicas dado el menor desarrollo de estos estados del sur de Europa y que suponía que la CEE pasaba a tener 329 millones de habitantes, lo que conllevaba cambios institucionales y económicos de calado.


Comentario

El tratado de Roma se firmó en 1957, después de la Segunda Guerra mundial. Los fines a conseguir son los siguientes: supresión de aduanas y creación de un área de librecambio, integración económica plena, unidad política supranacional y disminución de las diferencias económicas entre sus miembros y sus regiones. La idea de Europa y de la democratización de España estuvo presente desde la misma creación de la CEE. Así lo demuestra el caso del Congreso de Munich de 1962; el llamado por el régimen el Contubernio de Munich. Durante la transición el reto de la entrada en la CEE se asociaba también a una consolidación de la joven y frágil democracia. Pero además de esta implicación política, la integración de España en la CEE estaba asociada a su modernización definitiva.
Desde los años sesenta el gobierno de Franco solicitó la incorporación de España, la gran aspiración de los tecnócratas. Pero la CEE no era un simple acuerdo comercial de supresión de aranceles aduaneros, sino que también incluía la homogeneidad política dentro del sistema democrático, de ahí que solo se consiguieran firmar acuerdos comerciales preferenciales, que hicieron de la CEE el primer cliente de nuestro comercio exterior. 
Con el primer gobierno de Felipe González y siendo ministro de Asuntos Exteriores Fernando Morán, en 1985 se firmó el Tratado de Adhesión a las Comunidades Europeas. El 1 de Enero de 1986 nos convertíamos en un país miembro de pleno derecho de la CEE. En España existía unanimidad de las fuerzas políticas para el ingreso en la CEE, algo que no ocurría con otras posiciones en política exterior con fuertes discrepancias en la relación con EEUU y el ingreso en la OTAN y las relaciones con el tercer mundo (especialmente con los países árabes e iberoamericanos).
España tuvo que aceptar unas condiciones excesivamente duras: la Comunidad exigió largos períodos transitorios para aquellos sectores españoles más competitivos o para aquellas cuestiones en las que los miembros de la CEE podían verse perjudicados. Así, la libre circulación de los trabajadores no fue admitida hasta 1993, fecha hasta la que se extendió también la desaparición progresiva de los aranceles para los productos agrícolas generales. El libre comercio de frutas, hortalizas y aceite de oliva se retrasó hasta 1996 y la posibilidad de pescar en caladeros comunitarios se fechó en el 2003. Posteriormente, en la práctica, estos periodos transitorios se acortaron en el tiempo. A cambio, España consiguió plazos largos para el desarme arancelario en el sector industrial, para el establecimiento de entidades bancarias y de seguros y para la liberalización de los monopolios fiscales, como el petróleo o el tabaco.
A pesar de los sacrificios requeridos a España para la integración de pleno derecho en la CEE (después Mercado Común y ahora Unión Europea) el balance entre ventajas e inconvenientes ha sido positivo para España. Ya que su incorporación ha supuesto tener que adaptarse a un mercado más competitivo que el español. En ese esfuerzo de adaptación ha conseguido España su definitiva modernidad; y no sólo desde el punto de vista económico.
En primer lugar hay que constatar un dato, en 1995 España aportó al presupuesto más o menos la mitad de lo que recibió de la Unión Europea. 



manifiesto fundacional del PSOE. 1879.

Introducción

Este texto es de naturaleza política, un documento público y una fuente primaria. Sus autores son los miembros que formaron parte del PSOE entre los que destaca Javier Vera y Pablo Iglesias, líder del movimiento obrero español y fundador del PSOE y de la unión general de trabajadores en 1888. Además publicó un artículo “el socialista” que se convirtió en la base fundamental del PSOE. Con su muerte se disgrega el socialismo español.  Su destinatario es la nación española, particularmente el proletariado (clase obrera). Su fecha de redacción fue el 20 de julio de 1879, momento en que se crea el Partido Socialista Obrero Español como causa de la oposición a la Restauración, poco después de la llegada al trono de Alfonso XII. En este fragmento, sus autores exponen la situación actual del proletariado. Vive en un estado de miseria social y esclavitud, mientras que la burguesía es la clase dominante con numerosos privilegios. Debido a esto, pedían la posesión del poder político por la clase trabajadora y transformar la propiedad individual en propiedad común. En general, el objetivo principal era la emancipación de la clase trabajadora y la abolición de las clases sociales.

Análisis

El PSOE es uno de los partidos políticos del periodo de la Restauración, cuyo objetivo era representar los intereses del proletariado. La necesidad de que los obreros tomen conciencia de sus posibilidades está relacionada con la obra desarrollada durante la I internacional y sobre todo con las ideas de Marx, presentes en el texto. Marx en su teoría llevo a cabo tres tareas. En primer lugar, un análisis del pasado, concluyendo en que la sociedad es injusta debido a la desigualdad de clases. Por un lado, la burguesía, que desde décadas ha sido la clase dominante y opresora, y que posee la riqueza y por ello obtenía todas las ventajas. Además de que poseía el poder político; y por otro el proletariado, la clase trabajadora y oprimida, que no tenía apenas derechos, sobre todo porque no existía ningún partido que luchase por sus intereses. En consecuencia, en estas relaciones existentes está, en el ámbito económico, la esclavitud, que provoca miseria racional, envilecimiento intelectual y dependencia política en el proletariado. Seguidamente en las tareas de Marx se encuentra su crítica al presente: debido al predominio del capitalismo que busca el máximo beneficio y a través de las inversiones en maquinaria y la reducción del salario hay enfrentamientos entre la burguesía y el proletariado. De esta manera, Marx ve indispensable la necesidad de una “revolución proletaria” y un proyecto de futuro en el que se formaría una Dictadura del proletariado que acabará con las clases sociales existentes en la época, es decir con la completa emancipación de la clase trabajadora formado una clase uniforme e indiferenciada; con la propiedad privada e instauraría el comunismo. Por lo tanto, era necesario sensibilizar a la clase obrera para que luche para acabar con las desigualdades que existían en España a finales del siglo XIX. Otro de los objetivos, que también aparece en el texto es tomar el poder, es decir, formar un partido que tenga capacidad para intervenir en la vida política el país. Así pues, vemos que se trata de un socialismo científico frente al utópico. La difusión de estas ideas se realizará a partir de 1886 con la fundación del periódico “el socialista” y el sindicato UGT por lo que las ideas comenzaron a llegar con mucha facilidad a los trabajadores.

Contexto histórico

El movimiento obrero, además de situar este manifiesto del PSOE en el periodo de la Restauración y al PSOE como partido político fuera del sistema, también podemos encuadrarlo en el desarrollo del movimiento en España. El comienzo del movimiento obrero en España lo encontramos en las duras condiciones de trabajo, las largas jornadas laborales (24 horas seguidas) y una deficiente alimentación. Esto, sumado con la llegada de las ideas internacionalistas produjo movimientos de protesta por parte de la clase obrera. El primer episodio de lucha obrera se dio en Alcoy en 1821 con la destrucción de maquinas de hilar. La lucha contra el maquinismo fue también la causa de la 1º huelga de la historia de España, al oponerse los obreros a la introducción de los nuevos telares mecánicos. En 1840 se construyó en Barcelona la asociación mutua de obreros de la industria algodonera, en la que pedían el derecho de asociación, mejoras salariales y de las condiciones de trabajo. En el mundo rural, el malestar social se materializó en el motín o algarada, en el que un grupo de jornaleros sin  trabajo y hambrientos asaltaban hornos u ocupaban tierras. El más importante fue el motín del pan. Aunque la primera influencia de las ideas obreras procedió del socialismo utópico, el movimiento obrero español se inclinó a partir de 1868 hacia el anarquismo y la influencia de la I internacional o asociación internacional de trabajadores. El inicio de esta influencia se dio cuando el italiano Guiseppe Fanelli y otros activistas llevaron a cabo una visita de propaganda por Cataluña y Valencia. Así, el anarquismo prendió con más fuerza que el marxismo, por la proximidad ideología con el republicanismo federal de Pi y Margall. Ambos compartían la defensa de la soberanía popular, el anticlericalismo y el ateismo. El relativo atraso de las obras españolas excitó los ánimos de emancipación social. El primer congreso obrero español tuvo lugar en Barcelona en 1870, donde se constituyó la Federación Regional Española. El congreso de Zaragoza, en abril de 1872, confirmó el triunfo de las tesis revolucionarias de la Internacional Antiautoritaria de inspiración anarquista y a partir de aquí, dentro del anarquismo surgió una corriente partidaria de la acción sindical, el anarcosindicalismo. En este mismo año (1872) Paul Lafargue formó un grupo de tipógrafos madrileños a cuya cabeza estaba Pablo Iglesias. La formación de un núcleo socialista en 1872 en Madrid fue el origen del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), al que pertenece este manifiesto. De la misma manera, la unión general de trabajadores (UGT), una organización sindical de orientación socialista, se creó en 1888, gracias a la libertad sindical que permitió la ley de Asociaciones del año anterior. La meta del PSOE era la transformación de la sociedad mediante la conquista del poder por la clase trabajadora y la conversión de la propiedad privada en social, entregada a colectividades de obreros que explotarían en beneficio del bien común. El crecimiento del socialismo fue muy lento, y a finales de siglo sólo estaba implantado en Madrid, Vizcaya y Asturias. Por otro lado, la difusión del anarquismo tuvo mayor éxito, con diversas corrientes y 2 ámbitos geográficos de expansión: Cataluña, por su vinculación con el republicanismo federal y Andalucía, donde el campesinado siguió la dirección propia de un sector del anarquismo español. La 3ª vía para encauzar las demandas obreras fue el sindicalismo católico, que partía de la desigualdad social como hecho incontestable que no se podía eliminar. Pretendían paliar los efectos del paro, las huelgas o las duras condiciones de trabajo. En realidad, el movimiento obrero en las 2 últimas décadas del siglo XIX adoptó una variada tipología asociativa (socorros mutuos, cooperativas…) pero no será hasta 1900 cuando surjan de forma clara organizaciones de carácter obrerista en torno a las dos grandes ideologías de emancipación de la clase trabajadora: anarquismo y socialismo.

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