La Crisis de 1917 y la Quiebra del Régimen de la Restauración

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Alfonso XIII

La Crisis de 1917

La crisis de 1917, animada ideológica y moralmente por la Revolución Rusa, se manifestó en tres órdenes: militar, político y social.

Militar

Los militares se sentían rechazados por la sociedad y olvidados por el gobierno, que había decidido primar con ascensos rápidos a los militares africanos. Para defender el sistema de ascensos contemplado en el Código Militar (por antigüedad), se formaron Juntas de Defensa (especie de sindicato militar) que terminaron por hacer dimitir al gobierno liberal.

Pronto, la junta desbordó su función y se adentró en cuestiones políticas (algo que parecía olvidado desde Pavía), a las que Maura no estaba dispuesto a representar y dirigir, y el movimiento se diluyó.

Político

Al margen del gobierno, se creó una Asamblea de Parlamentarios (julio de 1917). La crisis del sistema bipartidista del turno y su incapacidad para renovarse favorecían el aumento de la oposición política.

La iniciativa en este caso provino de la Lliga Regionalista, dirigida por Cambó, que convocó a los parlamentarios catalanes a una asamblea ilegal en Barcelona el 5 de julio. En ella se acordó solicitar al Gobierno la convocatoria de unas Cortes Constituyentes con un doble objetivo:

  • Acabar con el sistema político de la Restauración.
  • Autonomía de Cataluña.

El Gobierno no atendió a esta petición y convocaron una nueva reunión, conocida como Asamblea de Parlamentarios, en la que se ratificaron los acuerdos de la reunión anterior. En este caso, el Gobierno se limitó a declarar inconstitucionales tales pretensiones.

Su composición heterogénea y los graves acontecimientos sociales asustaron a los componentes, por lo que terminó disolviéndose.

Social

La expresión social de la crisis fue la huelga general, motivada en parte por el alza desmesurada de precios (37% en cinco años). Organizada por CNT y UGT, se demandaban subidas salariales y avances políticos.

La huelga general se convocó antes de lo previsto (para el 13 de agosto), ya que una huelga de ferroviarios de Valencia precipitó los acontecimientos. El seguimiento de la huelga fue total en Madrid, Barcelona, Asturias, Vizcaya, Zaragoza y otras provincias, pero no era apoyada por el ejército ni la burguesía.

Ante el seguimiento masivo de la huelga, la respuesta del gobierno fue sacar el ejército a la calle, con el consiguiente saldo de muertos, detenidos (80 y 2000 respectivamente) y condenas a muerte, a la vez que se normalizaba la situación en el país.

No obstante, a pesar de la derrota de los sindicalistas, estos habían demostrado su fuerza.

La Quiebra Definitiva del Régimen (1918-23)

Durante el periodo 1918-1923, la ineficacia del gobierno seguía acentuándose. De nada sirvió recurrir a los Gobiernos de concentración (liberales, conservadores y nacionalistas catalanes) cuyo presidente pionero (por poco tiempo) fue el liberal García Prieto. Con lo que se rompió el bipartidismo.

Este sistema tampoco funcionó, por lo que se volvió al turnismo debido a la incapacidad para conseguir mayorías.

La Revolución Rusa causó efectos en la sociedad española. Asimismo, el triunfo de la revolución bolchevique (1917) insufló un notable entusiasmo en las organizaciones obreras, para las que Rusia se convirtió en un mito, como paraíso de los trabajadores.

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