Descripciones literarias de paisajes

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“La técnica descriptiva de Baroja: Ambientes, espacios y paisajes.” Aunque existan otros rasgos diferenciales, lo carácterístico en La lucha por la vida es la determinación espacial de cada ambiente sucesivo. Parece como si el espacio condicionase las otras particularidades dimanantes de los personajes que en ellos actúa. El autor se preocupa de describir con precisión, las descripciones llegan a veces a ser como enumeraciones de detalles, de cosas o figurantes, pero siempre hechas con ritmo narrativo.
En el dédalo de callejas que barríó la apertura de la Gran vía, la pensión de doña Casiana unifica la primera parte de La busca. La zapatera del señor Ignacio y su vivienda en el corralón del tío Rilo, en el sur fronteriza y suburbano de Madrid, constituyen el centro ambiental de las andanzas de Manuel y sus amigos en su segunda parte. En la tercera parte se basa en dos zonas, aquella en que se trabaja, el centro y aquella en que se merodea, cinturón meridional y orienta de la ciudad. En Mala hierba, sin que la acotación espacial se desdibuje, son mas bien los personajes quienes determinan el ambiente. Predomina el centro de la ciudad. En Aurora Roja, el espacio general comprende las zonas medio urbanas, medio rurales entre Areneros, el Tercer Deposito y las desaparecidas sacramentales, y el relato se centra en torno a la casa de Magallanes y la taberna del chaparro, la imprenta de Manuel, y las actividades anarquistas de Juan y sus amigos.
Son escenarios construidos por el hombre y otros son escenarios naturales. El rasgo típico de aquellas descripciones es la acumulación de detalles. Sin embargo, no siempre es el autor quien introduce en el relato tales descripciones de espacios y pone, así, el marco ambiental del personaje. A veces es éste el que delimita el escenario y participa en él analizándolo.
Pero la actitud del autor se manifiesta muy diverda con los diferentes tipos de descripciones. Cuando penetra en el relato, se observa cierto tono jovial ironía, de humorismo caricaturesco y deformador, completamente ausente en los otros casos. En general, en consonancia con el estado de ánimo del personaje que observa el escenario. Así se podría establecer un triple procedimiento descriptivo: a) presentación del escenario. B) reconocimiento y observación del escenario. C) inserción del escenario según lo vive el personaje.
En el primer tipo de escenario, el autor se inmiscuye, y con aire personal y humorístico califica los datos del inventario que presenta. Ejemplo sería la descripción de la zapatería o la casa y pensión de doña Casiana. Con el segundo procedimiento descriptivo, el personaje reconoce el escenario, lo va descubriendo objetivamente. Con el tercer procedimiento el personaje puede terminar identificándose los espacios con él.
Este, la presentación de visiones se utiliza con frecuencia. La descripción es subjetiva y hecha desde el punto de vista del personaje, y ello se manifiesta con recursos lingüísticos propios. El paisaje es inerte en la realidad; lo que hace Baroja es animarlo dotándole de los correlatos sensoriales correspondientes a los sentimientos del personaje. Los elementos reales del paisaje se convierten en vivencias de los propios personajes, los paisajes barojianos no son pinturas de la realidad, son lo que ante ellos siente o vive cada personaje, ejemplo en el capitulo 1 de la segunda parte en “La busca.” Todas impresiones negativas respecto a la vida, y en abierta oposición a los sueños fantásticos del muchacho. Su visión del paisaje no hace más que reflejar este contraste de la realidad y la fantasía. En estos paisajes interviene el tiempo vivido, que no son visiones estáticas o intemporales, sino en transformación.

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