Desescolarización y Convivencialidad: Pedagogías de Libertad según Illich y Dewey
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Ivan Illich y la Desescolarización
Ivan Illich es, sin duda, el gran representante de la desescolarización. Propone como alternativa su tesis de la convivencialidad, que se nos presenta como una pedagogía de la libertad y de la palabra.
Propuestas de Illich
Para ello, plantea dos tipos de soluciones:
- Solución Tecnológica: La escuela se sustituiría por un banco de conocimientos donde todo el mundo tendría crédito. Esto se podría lograr gracias a los medios audiovisuales e informáticos.
- Solución Jurídico-Económica: Illich completaría la sociedad convivencial mediante un entramado jurídico-económico centrado en disposiciones legislativas que prohibiesen el monopolio que la escuela tiene sobre la instrucción y que aplicara el capital, que hasta ahora se destina a la educación, de manera distinta. Su propuesta se centra en dotar a las familias de una renta educativa inversamente proporcional a su nivel de riqueza. Esta renta, a base de créditos, podría ser consumida por el sujeto a través de toda su vida y en función de sus necesidades de aprendizaje, con lo que se establecería una libre concurrencia en la instrucción: es el alumno quien decide cuándo, cómo y dónde proceder a su propia formación. Asimismo, se contemplaría la figura de un consejero de educación que orientaría cómo hacer uso de los créditos.
John Dewey y la Educación Progresista
Según Dewey, el maestro debe ayudar al niño creándole situaciones problemáticas para que aprenda los valores de la participación democrática y orientar al alumno en la autodirección de su aprendizaje.
Enfoques Pedagógicos de Dewey
Para ello, se puede proceder de dos maneras:
- Forma Tradicional: Tiene como valor principal la conservación de las costumbres existentes.
- Cambio Progresivo: Consiste en la elaboración de un cambio progresivo a través del interés y la libertad de los sujetos como resorte, así como una reorganización constante de la experiencia para lograr una sociedad industrial desarrollada y justa.
Para Dewey, la escuela es una sociedad viva, y sus planteamientos tienen que ser básicamente sociales. Todo el mundo en una sociedad democrática ha de acudir a la escuela, y la educación, controlada por el Estado, tiene que preparar al alumno para la vida y familiarizarle con el medio social.