El discurso de Job sobre la sabiduría

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Job 14:4

Job pregunta, “¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie.”

La pregunta de Job

La pregunta de Job viene de un corazón que reconoce que no es posible complacer a Dios o ser justificado a Sus ojos. Dios es santo; nosotros no. Por tanto, existe un gran abismo causado por el pecado, entre Dios y el hombre. Pero la respuesta a la angustiosa pregunta de Job se encuentra en Jesucristo. Él ha pagado el castigo por nuestro pecado y lo ha intercambiado por Su justicia, haciéndonos por ello aceptables a los ojos de Dios (Hebreos 10:14; Colosenses 1:21-23; 2 Corintios 5:17).

Job 14:10

Job pregunta, “Mas el hombre morirá, y será cortado; perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?”

Pregunta acerca de la eternidad

Pregunta acerca de la eternidad, la vida, y la muerte que es respondida solo en Cristo. Con Cristo, la respuesta a ‘¿dónde estará él?’ es en la vida eterna, en el cielo. Sin Cristo, la respuesta es una eternidad “en las tinieblas de afuera” donde será “el lloro y el crujir de dientes.” (Mateo 25:30).

Job 14:14

Job pregunta, “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” Una vez más, la respuesta se encuentra en Cristo. Nosotros realmente viviremos de nuevo si estamos en Él. “Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Corintios 15:54-55).

Texto Clave:

El discurso de Job sobre la sabiduría, Cap 28.

Versos Clave:

Job 1:1 “Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.”

Job 1:21 “y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.”

Job 38:1-2 “Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo: ¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?”
Job 42:5-6 “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza.”

La amonestación y la sentencia

La primera de ellas se reconoce en seguida por la frecuencia de uso del modo verbal imperativo, empleado para aconsejar y exhortar a los discípulos acerca del camino que deben seguir la sentencia, consiste en la breve descripción objetiva de una realidad comprobable, de un hecho sobre el cual no se pronuncia ninguna especie de juicio moral.

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