Escultura y Pintura Barroca en España

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Escultura Barroca en España

El realismo de la figura se recurre a postizos como el empleo del pelo real, corona real, ojos, lágrimas de cristal. Llegaron a crear imágenes de vestir, en las que se realizaban con minuciosidad cabeza, manos y pies para vestirlas con ropa real. Sentido de movimiento, composición asimétrica, fuertes contrastes de luces y sombras, madera policromada, temas religiosos.

Casi todas las esculturas son imágenes, retablos para altares de iglesias donde aparecen figuras exentas y en bajorrelieve, pasos procesionales de Semana Santa narran escenas de la Pasión de Cristo. El cliente más importante de las esculturas religiosas es la iglesia y las cofradías y gremios y la corte.

En la primera mitad del siglo XVII las obras se caracterizan por la sencillez expresiva y la continuidad con las formas del Renacimiento. A partir de la segunda mitad del siglo XVII llegan a España procedentes de Italia la teatralidad y el dinamismo de la escultura.

Pintura Barroca en España

Una de las características principales de la pintura española barroca es su gran naturalismo, realismo y el deseo de mostrar la realidad. También destaca la sencillez y el equilibrio en las composiciones y las formas, no hay movimiento violento como ocurre en las obras italianas. El dibujo cede terreno a la utilización más natural del color, existe también una mayor preocupación del artista por la profundidad, culminando con el pleno dominio de la perspectiva aérea.

En cuanto a la luz se concibe como un elemento que organiza los ambientes donde se desenvuelven las figuras, contribuyendo además a crear atmósferas que transmiten la realidad de los temas. En cuanto a la temática, predominan los temas religiosos, entre los temas profanos destacan los mitológicos por la clara influencia de Rubens, los bodegones.

A finales del siglo XVII la capacidad pictórica nacional da muestras de agotamiento y empieza la intromisión de cuadros y artistas extranjeros que culminará con el cambio de dinastía. En el siglo XVIII hay cambios como que los temas profanos adquieren mayor importancia y tratamiento menos dramático de los temas religiosos, aparece también el empleo de la iluminación más dispersa y suavizada, muy próxima al rococó francés.

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