Exotismo Romántico

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Mitos

Entre los mitos centrales del Romanticismo estaría Prometeo. Este es la figura que los románticos exaltan con frecuencia como símbolo y paradigma de la condición titánica del hombre; “como Prometeo, el hombre es un ser en parte divino, “turbio río nacido de fuente pura”, cuyo destino está tejido de miseria, soledad y rebeldía, pero que triunfa de este destino rebelándose y transformando en victoria la propia muerte”.Otro referente mítico sería Satán, que Milton retrató en su obra del XVII El paraíso perdido como majestuoso ángel caído, en cuyos hermosos ojos moran la tristeza y la muerte, animado de un heroísmo sombrío y orgulloso, proclamando valerosamente la gloria y la grandeza de su desafío al Creador. Satán personifica la rebeldía y la aspiración de alcanzar el absoluto. También Caín es interpretado por los románticos como un rebelde sublime que, torturado por la miseria y el dolor del destino humano, ávido de eternidad y de infinito, se niega a obedecer.

Don Juan, el gozador impenitente y libertino del teatro del seiscientos, transformado por los románticos en peregrino del absoluto que trata de reencontrar a través del amor, como Fausto a través de la ciencia, el paraíso perdido, el secreto del mundo, la unidad primordial.

TemasLa insatisfacción y la rebeldía como actitudes. El estereotipo del escritor Romántico tiene mucho de real: no es un hombre adaptado a su sociedad, que lo decepciona y con la que mantiene una postura contradictoria y cambiante.La importancia del yo. Con la complacencia en analizarse y en vivir de recuerdos, buscan el consuelo situándose en paisajes salvajes (que expresan su propia alma atormentada)

La búsqueda de evasión. En consonancia con lo anterior, su insatisfacción le hace huir del presente, por lo que el viaje se convierte en uno de los grandes temas del movimiento; muy a menudo, es un viaje sin fin.

Interioridad y espiritualidad. El movimiento Romántico se siente atraído por todo aquello que tiene aires de iluminismo y esoterismo. Los románticos, individualistas y egocéntricos, aceptan difícilmente la ortodoxia y la autoridad; así, su religiosidad es, sobre todo, de tipo sentimental e intuitiva, sin necesidad del rito y en la intimidad de la propia conciencia.

Interés por los valores nacionales. Toda Europa vive un periodo de interés por el pasado y las raíces. La filosofía alemana de Herder divulgó la creencia y el deseo de ver a cada nación como un organismo dotado de alma que se desarrolla en el tiempo pero sin modificar su esencia.

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