La fábula: origen, características y legado

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Con la denominación genérica de fábula, los latinos aludían a cualquier tipo de composición ficticia con visos de verosimilitud, que pretendía ser una imagen de la realidad. Podían ser fábulas las comedias y las obras de tipo dramático. Sin embargo, en un sentido más restringido, la fábula designaba un relato corto en el que, por medio de la personificación de seres irracionales, se buscaba transmitir una enseñanza útil desde el punto de vista moral. En la literatura occidental se suele considerar al griego Esopo (s.vi a.c) el creador de este género. Fue originariamente un esclavo, y desde sus comienzos, la fábula estuvo muy ligada a la protesta de clases oprimidas.

Protagonizadas por animales, estas composiciones trataban de representar las costumbres y defectos humanos y eran la expresión del espíritu plebeyo frente a la elevada literatura aristocrática. Aunque existen ejemplos de autores como Ennio, Lucilio u Horacio, hay que esperar hasta el S.I d.c para que la fábula se consolide como género independiente con las obras de Fedro. Al igual que Esopo, Fedro fue un esclavo, originario de Macedonia. Recibió la libertad de manos de Augusto. Publicó en 5 libros su colección de fábulas latinas en verso.

Muchos de los temas de estas composiciones están tomadas de Esopo, otros, sin embargo, proceden de su experiencia personal o se inspiran en la sociedad de la época que le tocó vivir. Como él mismo declara en el prólogo de su obra, la fábula fue inventada porque los esclavos, temerosos del castigo si osaban decir lo que sentían, enmascararon sus ideas expresándolas en forma de fábulas para evitar con bromas fingidas las reacciones violentas de sus señores.

Sea o no real esta afirmación, lo cierto es que en las 101 fábulas de Fedro que se han conservado, se aprecia con claridad la intención didáctica y moralizante en la moraleja que introduce el breve relato, protagonizado por animales. En ellas se desarrolla el concepto de protesta social, adaptándolo al contenido y a las costumbres de su época. Uno de los temas fundamentales de sus fábulas es el conflicto entre el débil y el poderoso. Los poderosos, ricos, soberbios, simbolizados por lobos, águilas, osos o serpientes que aparecen en lucha constante con los pobres, humillados y oprimidos, representados por corderos, ratones, liebres o ranas.

La lengua y el estilo empleado se caracterizan por su claridad y sencillez, así como por el intento de alejarse de cualquier pretensión retorizante, por eso sus fábulas fueron utilizadas durante mucho tiempo como texto escolar. El éxito de su obra ha sido enorme en todas las épocas y lugares. Los grandes maestros de la fábula moderna son Niccolo Perotti o de La Fontaine.

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