Fábulas de Esopo

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La zorra y las uvas

Una zorra, estando hambrienta, vio unos racimos colgando en una vid y quiso apoderarse de ellos, pero no pudo. Al marcharse, se dijo a sí misma: "Son uvas verdes". Así, algunos hombres, al no ser capaces de conseguir las cosas por su debilidad, acusan a las circunstancias.

La leona y la zorra

Una leona, sufriendo reproches por parir una cría, dijo: "A una pero león". La fábula demuestra que lo hermoso no está en la cantidad, sino en la virtud.

La cigarra y las hormigas

En invierno, mojado el trigo, las hormigas lo almacenaban, mientras la cigarra, pasando hambre, pedía alimento. "¿Por qué no recogiste alimento en verano?", le dijeron. Ella respondió: "No descansar sino musicalmente". Habiendo reído, dijo: "Pero en verano cantan, en invierno bailan". La fábula enseña que es necesario no descuidar algo.

Los ladrones y el gallo

Unos ladrones cogieron a un gallo en una casa. Este, a punto de ser sacrificado, decía: "Soltadme, soy útil para los hombres, despertándolos de noche para los trabajos". Los ladrones dijeron: "Pero por esto te sacrificamos, pues al despertar a aquellos, no nos dejas robar".

La mujer y la gallina

Una mujer viuda tenía una gallina que ponía un huevo cada día. Considerando que si le daba más cebada, pondría dos veces al día, hizo esto y la gallina, poniéndose gorda, no puso huevos. La fábula demuestra que los que desean más por codicia también pierden lo que tienen.

La cierva y la viña

Una cierva, perseguida por cazadores, se escondió bajo una parra. Creyendo estar a salvo, empezó a comer las hojas de la parra. Los cazadores, al ver las hojas moverse, dieron la vuelta y la descubrieron. La fábula enseña que es necesario no descuidar algo.

El labrador y la serpiente

Un viejo labrador encontró una serpiente congelada por el frío. Compadeciéndose de ella, la calentó, pero la serpiente, al recuperarse, lo hirió y lo mató. El labrador, muriendo, decía: "Sufro lo justo, habiéndome compadecido del malvado". La fábula demuestra que los malvados son inmutables aunque reciban favores.

Ingratitud

Un nogal, estando colocado en un camino, producía muchos frutos, pero los que pasaban los sacudían con piedras y bastones. El nogal, tristemente, dijo: "Oh desgraciado yo, que recibo terribles agradecimientos por aquellos a los que alegro con mi fruto". La fábula pone en evidencia a los desgraciados y a los malvados, a los que ofrecen males a cambio de bienes.

El cuervo y la zorra

Un cuervo, apoderándose de un trozo de carne, se posó; y una zorra, queriendo apoderarse del trozo de carne, lo alababa como muy grande y hermoso, diciendo también que es propio de él precisamente reinar sobre las aves. El cuervo, queriendo mostrarle que también tiene voz, dejó caer la carne y se puso a graznar fuertemente; la zorra, corriendo, se apoderó de la carne y dijo: "¡Oh cuervo, tienes todo; adquiere solamente inteligencia!". La fábula es apropiada para el hombre necio.

El labrador y sus hijos

Un labrador, a punto de abandonar la vida, llamó a sus hijos y les dijo: "Por un lado, yo dejaré lo que hay en la viña". Creyendo que en alguna parte había un tesoro oculto, escavaron toda la tierra de una viña después de la muerte del padre. No encontraron el tesoro, pero la viña, cavada, produjo mayor fruto. La fábula demuestra que el esfuerzo es un tesoro para los hombres.

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