La figura de Jesús: ¿Quién es este?

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Según narran los evangelios, Jesús con sus palabras, acciones y forma de ser, ejercía un gran poder de atracción sobre las personas que entraban en contacto con él. Unos le seguían, otros lo rechazaban, pero nadie se quedaba indiferente ante su presencia. ¿Quién es este?, es la pregunta que los contemporáneos de Jesús se planteaban. Veían en él a un ser humano, pero en sus palabras y acciones, percibían que era una persona muy especial y querían conocerlo en profundidad. Algunos estaban confusos, como sus vecinos de Nazaret que decían: ¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? Y se escandalizaban. Otros, como Pedro, lo vivieron desde la confesión de fe afirmando: "Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo". Esta situación se debía a que, por la encarnación, el hombre Jesús de Nazaret era también Dios. Y las personas, solo por la fe, podían descubrir que, ese hombre concreto, era Dios.

La confusión hizo que, en los primeros siglos del cristianismo, aparecieran las herejías. Unos afirmaban que Jesús era solo un hombre y un gran profeta, pero no Dios. Esta herejía recibió el nombre de arrianismo porque fue defendida por Arrio, un sacerdote de Alejandría. Otros decían lo contrario: Jesús solo era Dios con apariencia humana, pero no era hombre. Esta herejía era el docetismo, palabra que procede del griego y significa "parecer". Ante las luchas y divisiones que el arrianismo causó en el Imperio romano, el emperador Constantino convocó un concilio en Nicea para poner fin a esta herejía. En este concilio se afirmó que Jesús es también Dios y se elaboró el credo que fue completado posteriormente en el Concilio de Constantinopla en el año 381. Desde ese momento, se presentó a Jesús como el Salvador, ya que él es la encarnación de Dios para la salvación de las personas.

Jesús: un misterio difícil de agotar

La riqueza de la figura de Jesús de Nazaret es tan grande que la Iglesia ha tenido que utilizar los siguientes nombres, también llamados títulos, para describirla:

  • Jesús: Es el nombre con el que le trataban sus contemporáneos. Significa "Dios salva", y es muy utilizado por los cristianos.
  • Cristo (del griego) o Mesías (del hebreo): Significan 'ungido' e indican que Jesús es el salvador enviado por Dios que esperaba Israel. Los israelitas creían que sería un rey poderoso que se enfrentara al poder político romano, pero Jesús predicaba el amor y el servicio, y llegó a entregar su vida por amor a los demás.
  • Hijo único de Dios: Esta fórmula muestra la especial relación de intimidad entre el Padre y Jesús, y que Jesús es Dios.
  • Señor: Es usado en el Antiguo Testamento como nombre de Yahvé. Al aplicarse a Jesús se le identifica con Dios y se le reconoce como el único absoluto de este mundo.

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