Fisiopatología de la gastritis

Clasificado en Medicina y Ciencias de la salud

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Complicaciones gastritis(ambos tipos):Úlceras: por progresión de las erosiones de la mucosa Hemorragia gástrica: por lesiones de los vasos cuando se producen las ulceraciones; se producen hematemesis (vómito de sangre) y/o melenas (heces negras con sangre digerida). Además de los signos evidentes de hemorragia digestiva hay que monitorizar los signos y síntomas generales de hemorragia (hipotensión, taquicardia, frialdad, palidez, disminución de relleno capilar, somnolencia) Deshidratación /desequilibrio electrolítico: como consecuencia de los vómitos. Anemia perniciosa: en algunas gastritis crónicas por ausencia del factor intrínseco que inhibe la absorción de la vitamina B12 Tratamiento: En la gastritis aguda está centrado en eliminar la causa que lo provoca. En caso de vómitos intensos puede ser necesario mantener la dieta absoluta, administrar antieméticos y reponer los líquidos y electrolitos. En caso de gastritis hemorrágica puede ser necesario transfundir concentrados de hematíes y la instauración de una sonda nasogástrica en declive para vaciar el contenido del estómago y facilitar el lavado gástrico. Se pueden administrar antiácidos, inhibidores de la histamina 2 y de la bomba de protones. En la gastritis crónica es necesario adaptar la dieta del paciente retirando todo lo que le provoca dispepsia y ardor, reducir el estrés y tratamiento farmacológico contra el H. Pylori y en caso de anemia perniciosa, inyecciones de vitamina B12. Úlcera gastroduodenal. Hemorragia digestiva Las úlceras gastroduodenales o pépticas son erosiones que penetran la mucosa gastrintestinal y también estructuras más profundas. Las localizaciones más frecuentes son el estómago (úlceras gástricas) y el duodeno. Menos frecuentes son las del yeyuno; también pueden presentarse en el esófago. Cuando no se especifica la localización, se habla de enfermedad ulcerosa péptica. Tanto las gástricas como las duodenales presentan aspectos comunes: todas aparecen por acción del ácido gástrico y reflejan un desequilibrio entre la acción del ácido y la pepsina y la capacidad autoprotectora de la mucosa gástrica.





Manifestaciones clínicas: son similares en ambos tipos de úlceras: Dolor punzante: se irradia a la espalda, en las duodenales es rítmico, suele provocar que la persona se despierte durante la noche y disminuye con la ingesta de alimentos. En las gástricas aparece justo después de comer y disminuye vomitando. Pirosis, náuseas y vómitos (más frecuentes en las gástricas) Episodios de indigestión o dispepsia: que incluyen signos y síntomas diversos: malestar general, náuseas y vómitos, eructos, sensación de plenitud, timpanismo abdominal, anorexia. Alteración del ritmo deposicional: episodios de estreñimiento y de diarrea Procedimiento diagnóstico: radiología con bario, endoscopia. Complicaciones: Hemorragia gastrointestinal: la manifestación más característica es la hematemesis. Cuando el vómito es en “posos de café” es porque la sangre está parcialmente digerida por el ácido clorhídrico. Si la sangre no ha dado tiempo a ser digerida, el color del vómito es rojo; si la sangre es digerida y sigue el tránsito intestinal aparece en las heces que se llaman melenas y tienen color negro brillante y con muy mal olor. Las úlceras gástricas sangran con mayor facilidad que las duodenales. Penetración: cuando la úlcera atraviesa la pared del estómago o del duodeno y entra en los órganos adyacentes. La penetración más frecuente es en el páncreas, aunque también puede originar fístulas en el colon, vías biliares o hígado. Provoca dolor intenso. Perforación: es un cuadro grave que se produce cuando la erosión atraviesa toda la pared del estómago o del duodeno y el ácido clorhídrico, la bilis y los enzimas pancreáticos se abocan en el peritoneo provocando su irritación y peritonitis. Los signos y síntomas de la peritonitis son: vómitos, fiebre, hipotensión, hematemesis, dolor abdominal intenso, defensa muscular, vientre en tabla e íleo paralítico. Obstrucción: los episodios repetidos de cicatrización y reaparición de la úlcera pueden originar tejido fibroso que invade la luz del estómago y provoca su obstrucción. Es muy frecuente en las úlceras cercanas al píloro.

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