Gestos de apelación en los bebes

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GESTOS
Gestos de apelación, para atraer la atención del adulto.
Gestos de negación o rechazo.
Gestos con el fin de finalizar la acción en curso de desarrollo (por ejemplo, si el niño aparta con su mano el objeto que le ofrece el adulto, y que momentos antes había sido utilizado en la interacción entre ambos.
GESTOS
Triadó (1984) hace hincapié en la importancia que tiene el gesto de indicar o señalar (pointing). Ese gesto, que aparece antes de finalizar el primer año de vida, entre el séptimo y el décimo mes, tiene una gran importancia en la relación interactiva entre el niño y el adulto, ya que desempeña un papel fundamental en la función referencial (designar un objeto por su nombre).
POINTING:
Atraer la atención de otra persona sobre un objeto, una acción o una situación.
Pedir o requerir un objeto o una acción.
Mostrar la acción que ha ejecutado el propio niño.
Más adelante, alrededor de un año, se produce el acto de nombrar cuando el niño indica un objeto, y simultáneamente emite su nombre.
Durante los primeros meses del segundo año de vida, irá acompañando y más tarde sustituyendo los gestos por la comunicación verbal.
MIRADA
Entre el octavo y el noveno mes de vida el bebé alterna la mirada entre el interlocutor y un objeto: el bebé ya es capaz de coordinar el esquema de objeto con el esquema de persona.
Esta conducta es interpretada por el adulto como una petición.
VOCALIZACIONES
Entre el sexto y el octavo mes de vida los bebés empiezan a emitir balbuceos, con las combinaciones silábicas de vocales y consonantes reduplicadas.




3.1. La comunicación antes del lenguaje
Desde el nacimiento, el bebé llora, grita, agita las piernas, emite sonidos, sonríe, de una manera que cada vez es más fácil de ser interpretada por los padres.

LLANTO:
Los adultos suelen movilizarse con prontitud cuando oyen llorar a los bebés, y se apresuran a cogerlos en sus brazos, a darles de comer, o simplemente a consolarlos, es decir, suelen dar una respuesta rápida a lo que ellos interpretan como una petición del bebé.
SONRISA:
Alrededor de los dos o tres meses, los bebés ya sonríen a una gran variedad de estímulos, especialmente al rostro humano o a la cara de una persona conocida.
Entre los tres y los cuatro meses, también se detectan en los bebés expresiones faciales diferenciadas que se corresponden con los estados de rabia, sorpresa y tristeza.
PRODUCCIONES VOCÁLICAS:
Llanto: puede manifestar hambre, malestar o dolor.
Risas y arrullos: vocalizaciones (aaaaa…)
Las madres interpretan las vocalizaciones de sus hijos como el deseo evidente de que quieren comunicarse.
Es fácil observar a una madre hablando con su bebé de un mes y medio de edad: ¿qué me cuentas?; ¿qué quieres?.
Las producciones del adulto no tienen, en realidad, función comunicativa alguna, puesto que la madre no espera una respuesta oral informativa del bebé, sino que el habla forma parte de la manera espontánea como el adulto cuida al bebé.

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