El gobierno de la Unión Liberal

La prosperidad económica

Entre 1856 y 1863, la Unión Liberal fue el partido que controló la vida política. Hasta 1863, la ola de prosperidad económica permitió a los unionistas gobernar sin grandes problemas, hasta el punto que durante cinco años O'Donnell mantuvo el mismo gabinete (Gobierno Largo). Fue una época de euforia económica, con la construcción del ferrocarril y las grandes inversiones bancarias y bursátiles. Se aprobó una nueva ley de Instrucción Pública (Ley Moyano) y se realizó el primer censo estadístico del país. La prosperidad también llegó a las clases populares, lo que explica la ausencia de conflictos graves en aquellos años.

Política exterior

En cuanto a la política exterior, se llevó a cabo una activa y agresiva política, desde 1858 a 1866 (en el periodo anterior había sido poco seria por la debilidad interna). Sucesivamente se envió una fuerza expedicionaria en apoyo de los franceses a Indochina, justificada por el asesinato de varios misioneros. Después vino la guerra contra Marruecos, en 1859 los ataques marroquíes contra Ceuta sirvieron de justificación para que el gobierno decidiera enviar un cuerpo del ejército, que derrotó a las tropas marroquíes y ocupó la ciudad de Tetuán. Sin embargo, más de 6000 soldados españoles murieron en esta guerra (la mayoría víctimas del cólera) y apenas se obtuvieron ventajas territoriales, pues únicamente se consiguió la ampliación del perímetro de Ceuta y la cesión a perpetuidad de un diminuto enclave británico. Salieron en defensa de sus intereses en la zona del Estrecho e impusieron sus presiones para que España firmara un armisticio, con el sultán y nuestras tropas abandonaran Tetuán. Luego el intento fallido de recuperar la colonia de Santo Domingo en 1861. En ese mismo año la expedición a Méjico (1862), junto a ingleses y franceses, para castigar el impago de la deuda por parte del gobierno mejicano. Por último la guerra contra Perú y Chile (1866) a raíz de varios incidentes comerciales.

Intervenciones sin éxito

Estas intervenciones cuyo objetivo era recuperar el prestigio y la posición de España no tuvieron apenas éxito.

Crisis de la monarquía

En 1863, O'Donnell presentó su dimisión. Posteriormente se sucederán una serie de gobiernos inestables y autoritarios. Los progresistas se retiraron de la vida parlamentaria ante la evidente imposibilidad de ser llamados a gobernar, y dirigidos por el general Prim pasaron junto a demócratas y republicanos a denunciar el sistema constitucional y a la misma Isabel II. En la crisis de la monarquía confluyen otras causas: 1-La grave crisis económica 2- Acontecimientos políticos: como la noche de San Daniel, La sublevación del cuartel de San Gil, etc. En agosto de 1866, progresistas, demócratas y republicanos llegan a un acuerdo. El pacto de Ostende con dos objetivos: destronar a Isabel II y convocar Cortes Constituyentes por sufragio universal. La muerte de Narváez y O'Donnell dejaron a Isabel aislada ante el inminente golpe.