Gremios feudales
Clasificado en Historia
Escrito el en 
español con un tamaño de 2,83 KB
Las causas del crecimiento de las ciudades.
Por un lado, con las nuevas técnicas agrícolas se necesitaban menos campesinos y muchos tuvieron que emigrar a las ciudades para buscar trabajo.
El comercio se reactivo y muchos mercaderes se instalaron en las ciudades, en las que tenían lugar los mercados.
Las ciudades ofrecían mejores condiciones de vida, por que no estaban bajo el control de los señores feudales y todos sus habitantes eran libres. Cada ciudad tenía su propio gobierno, el ayuntamiento, que estaba dirigido por un alcalde.
Los habitantes de las ciudades
El habitante de las ciudades se llama burgués (al habitante del burgo o barrio comercial y artesanal, y más tarde se utilizo para cualquier habitante de la ciudad). Pero entre los habitantes de las ciudades había grandes diferencias:
Unos eran ricos.
La mayoría de la población estaba formada por artesanos y tenderos modestos.
Por debajo estaban los pobres y marginados, que no tenían trabajo y mendigaban o incluso delinquían para sobrevivir.
Pero también había grupos de judíos que vivían en barrios separados, las aljamas o juderías. En los reinos cristianos de la península Ibérica también había población islámica y sus barrios eran las morerías.
Los gremios
A partir del siglo XII todos los artesanos de un mismo oficio se asociaron formando gremios. Cada gremio elaboraba un estatuto, que debían jurar todos sus miembros, en el que se especificaban las normas del oficio, así como los derechos y obligaciones de sus asociados.
Los gremios controlaban la producción. El gremio distribuía entre sus miembros las materias primas necesarias para fabricar las mercancías, controlaba severamente el número de trabajadores y la calidad de los productos y establecía los precios.
Los gremios consiguieron dominar toda la producción artesana que se desarrollaba en las ciudades, y nadie podía dedicarse a un oficio si no se asociaba al gremio correspondiente.
Cada oficio estaba dividido en tres categorías de artesanos:
El maestro era el dueño del taller, de las herramientas y de las materias primas. Era quien obtenía los beneficios y pérdidas del negocio. La propiedad de un taller se heredaba normalmente de padres a hijos. Los maestros eran los que dirigían y controlaban el gremio.
El oficial era el trabajador experto del taller que recibía salario por su labor.
El aprendiz era un joven que quería aprender el oficio y trabajar durante varios años en el taller sin percibir un salario. Por lo general, cada taller tenía un solo aprendiz, que vivía en casa del maestro y era mantenido por él.
Para ello tenían que realizar una obra maestra, que debían pasar el severo examen de los maestros.
Por un lado, con las nuevas técnicas agrícolas se necesitaban menos campesinos y muchos tuvieron que emigrar a las ciudades para buscar trabajo.
El comercio se reactivo y muchos mercaderes se instalaron en las ciudades, en las que tenían lugar los mercados.
Las ciudades ofrecían mejores condiciones de vida, por que no estaban bajo el control de los señores feudales y todos sus habitantes eran libres. Cada ciudad tenía su propio gobierno, el ayuntamiento, que estaba dirigido por un alcalde.
Los habitantes de las ciudades
El habitante de las ciudades se llama burgués (al habitante del burgo o barrio comercial y artesanal, y más tarde se utilizo para cualquier habitante de la ciudad). Pero entre los habitantes de las ciudades había grandes diferencias:
Unos eran ricos.
La mayoría de la población estaba formada por artesanos y tenderos modestos.
Por debajo estaban los pobres y marginados, que no tenían trabajo y mendigaban o incluso delinquían para sobrevivir.
Pero también había grupos de judíos que vivían en barrios separados, las aljamas o juderías. En los reinos cristianos de la península Ibérica también había población islámica y sus barrios eran las morerías.
Los gremios
A partir del siglo XII todos los artesanos de un mismo oficio se asociaron formando gremios. Cada gremio elaboraba un estatuto, que debían jurar todos sus miembros, en el que se especificaban las normas del oficio, así como los derechos y obligaciones de sus asociados.
Los gremios controlaban la producción. El gremio distribuía entre sus miembros las materias primas necesarias para fabricar las mercancías, controlaba severamente el número de trabajadores y la calidad de los productos y establecía los precios.
Los gremios consiguieron dominar toda la producción artesana que se desarrollaba en las ciudades, y nadie podía dedicarse a un oficio si no se asociaba al gremio correspondiente.
Cada oficio estaba dividido en tres categorías de artesanos:
El maestro era el dueño del taller, de las herramientas y de las materias primas. Era quien obtenía los beneficios y pérdidas del negocio. La propiedad de un taller se heredaba normalmente de padres a hijos. Los maestros eran los que dirigían y controlaban el gremio.
El oficial era el trabajador experto del taller que recibía salario por su labor.
El aprendiz era un joven que quería aprender el oficio y trabajar durante varios años en el taller sin percibir un salario. Por lo general, cada taller tenía un solo aprendiz, que vivía en casa del maestro y era mantenido por él.
Para ello tenían que realizar una obra maestra, que debían pasar el severo examen de los maestros.