Hábitos para crear una cultura ecológica y cambios estructurales necesarios según la encíclica

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4- Qué hábitos de nuestras vidas tendríamos que cambiar para ir creando una cultura ecológica?



Una cultura ecológica supondría un cambio en nuestro estilo de vida y de consumo, evitar el despilfarro y descubrir el valor intrínseco de las cosas frente a la mirada utilitarista y tecnocrática que predomina hoy en día. Es un reto que nos enseña a valorar dimensiones de la felicidad que no estén relacionadas con el hecho de tener o poseer. Hay que dejar de considerar el entorno en función del beneficio propio y avanzar hacia una ética de la compasión universal que promueva que todos los seres vivos puedan vivir dignamente.



5- Aunque la encíclica insiste en la conversión personal para afrontar la problemática ecológica, ¿qué cambios estructurales son necesarios según la encíclica?



Se necesita un cambio de rumbo, cambios estructurales.


En primer lugar, urge la creación de una verdadera Autoridad política mundial dotada de poder para sancionar, que impida acciones intolerables como las de las multinacionales que saquean los recursos de los países pobres y degradan el entorno de esos países. Hay que saldar la deuda ecológica del Norte con el Sur.


La política no debe someterse a la economía y esta no debe someterse a la tecnocracia.


En segundo lugar, hay que repensar nuestro sistema productivo ya que no conduce al progreso sino a la destrucción de nuestra casa común: las 3/4 partes de la humanidad vive en la miseria.


En tercer lugar, hay que buscar nuevos modelos de progreso, cambiar el modelo de desarrollo global. Un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor no puede considerarse progreso. Los costes económicos y sociales derivados del uso de los recursos deben ser sufragados totalmente por aquellos que se benefician.



6- ¿De dónde provienen nuestras reticencias a la conversión ecológica tanto en el ámbito personal como comunitario?



Nuestras reticencias a la conversión ecológica provienen del antropocentrismo, actitud autocentrada del hombre que hay que cambiar. Esto supone pasar del consumismo a la sobriedad, de la avidez a la generosidad. Supone una revolución interior. Además, el máximo beneficio para las empresas y el consumo compulsivo no pueden ser un fin en sí mismo. Nuestro sistema económico actual considera a las personas y la naturaleza como simples medios supeditados y no tiene en cuenta las consecuencias ecológicas.



7- ¿Qué entiende la encíclica por ecología integral?



No se puede concebir la naturaleza como algo separado de los hombres ni tampoco como un mero marco de nuestra vida. Existe un nexo de unión entre los asuntos ambientales y las cuestiones sociales humanas. Ese vínculo no debe romperse nunca. La ecología integral es inseparable de la noción del bien común. Propone un estilo de vida sobrio, que se solidariza con los que disponen de menos recursos para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente cuidar la naturaleza. Requiere soluciones en todos los ámbitos: técnico, político, personal...

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