Historia de una escalera: obra teatral clave del teatro contemporáneo español

Historia de una escalera es una obra teatral escrita por Antonio Buero Vallejo en 1949, año en el que fue representada en el Teatro Español. Tras esta representación ganó el premio Lope de Vega y sustituyó durante varios meses las representaciones de Don Juan Tenorio.

Esta obra con la que Antonio Buero Vallejo dio comienzo a su carrera de autor. Es una obra clave del teatro contemporáneo español.

Reflejo de la dramática historia de España

Historia de una escalera es una obra que trata de reflejar la dramática historia de España, sobre todo en la posguerra. Es una obra existencial de tendencia trágica, en la que el autor denuncia la realidad social de su época la cual era una realidad de dolor y miseria.

Sentido trágico de la obra

Podemos percibir el sentido trágico de la obra en dos aspectos principales.

Paso del tiempo

El primero es el paso del tiempo, en el observamos como los personajes cambian físicamente, pero no en lo que respecta a su forma de ser y de pensar, esto provoca que se vea la obra como un bucle circular. Esto se puede observar en los hijos de los personajes, que al crecer adoptan el carácter de sus padres a pesar de ser de diferentes generaciones. Un ejemplo de esto es la forma en que Fernando trata de conquistar a Carmelita que es igual a la forma en la que lo hace su hijo con la hija de Carmelita.

Simbolismo de la escalera

El segundo aspecto que hay que recalcar es el simbolismo de la escalera, ya que sufre el mismo paso del tiempo que los personajes y es testigo de los problemas individuales de cada uno de ellos, fomentando así la creación del bucle mencionado anteriormente. También cabe destacar la forma en la que la escalera atrapa a los personajes, porque se observa cómo quieren irse de la casa y vivir mejor, pero no lo consiguen.

Influencias y legado

Historia de una escalera simboliza el inicio de un teatro comprometido, que trataba de abrirle los ojos al espectador para que viera la situación de su tiempo. También sugiere que el dueño del destino es el hombre.

Esta obra tiene influencias de otras de su época como Niebla de Unamuno por su sentido trágico, de La Colmena de Cela por su carácter crítico y de Luces de Bohemia de Valle-Inclán ya que ambas den voz a las clases sociales más humildes.

A su vez fue una obra que influyó en otras posteriores como por ejemplo en Las bicicletas son para el verano, de Fernando Fernán Gómez, el cual habla de la posguerra, así como de las necesidades económicas, la escasez de bienes y las clases más humildes.