Historia de España: De las Invasiones Bárbaras al Califato de Córdoba

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Las invasiones bárbaras. El reino visigodo: Instituciones y cultura.

Coincidiendo con la descomposición del Imperio romano, desde finales del siglo IV llegaron a la península diversos pueblos de origen germánico (suevos y vándalos) o asiático (alanos). Para combatir y expulsar a estos invasores, Roma buscó la alianza con el pueblo visigodo. Bajo el reinado de Teodorico II (453-466), los visigodos consiguieron dominar buena parte del territorio peninsular. Tras ser derrotados por los francos en Vouillé, fundaron el Reino visigodo de Toledo (507-711). Leovigildo (568-586) consolidó el control de la península al vencer a los suevos en Gallaecia e incorporar algunos de los territorios ocupados por los bizantinos en el sureste. En el 589 Recaredo se convirtió al catolicismo, propiciando la unidad religiosa del reino.

Instituciones y cultura visigoda

La monarquía visigoda era electiva, según quedó regulado en el IV Concilio de Toledo (633). Sin embargo, hubo casos de usurpación y de sucesión de padre a hijo. En los Concilios de Toledo, obispos y representantes de la nobleza debatían tanto asuntos religiosos como cuestiones legislativas y de gobierno del reino. El monarca se veía asesorado por el Aula Regia, consejo formado por aristócratas godos. De ella surgía el Oficio Palatino, cuyos miembros ejercían los principales cargos de la administración central. En cada uno de los territorios dicha administración se hacía presente mediante el dux provinciae (máxima autoridad militar, civil y administrativa), el comes civitatis (justicia y fiscalidad) y los obispos.

En el plano cultural destacan las Etimologías de Isidoro de Sevilla, influyente compendio del saber de la época. De la arquitectura visigoda nos quedan iglesias de piedra, con planta basilical de tres naves, ábside y arcos de herradura (San Juan de Baños, San Pedro de la Nave). La escultura se redujo a toscos relieves historiados o con ornamentos vegetales y geométricos. Cabe destacar la habilidad de los artesanos visigodos en el campo de la orfebrería (Tesoro de Guarrazar).

Evolución política de Al-Ándalus: conquista, emirato y califato de Córdoba.

Aprovechando las disputas internas del reino visigodo, tropas musulmanas cruzaron el estrecho de Gibraltar en el año 711. Dirigidas por Tarik, derrotaron en la batalla de Guadalete (711) al rey Rodrigo. En tres años conquistaron la península, excepto las regiones cantábrica y pirenaica. Fueron frecuentes las capitulaciones acordadas con los señores godos. En el reparto de tierras y cargos entre los conquistadores, la mayoría bereber se vio relegada por la minoría árabe, lo que daría lugar a conflictos posteriores.

Emirato dependiente e independiente

Al-Ándalus se constituyó como Emirato dependiente (711-756), administrado por un emir (gobernador). A mediados del siglo VIII la dinastía Omeya fue depuesta de manera violenta. Uno de sus miembros logró refugiarse en Al-Ándalus, donde se proclamaría emir. Con Abderramán I (756-788) se inicia el Emirato independiente (756-929), aunque se siguiese reconociendo la autoridad religiosa del califa de Bagdad.

Califato de Córdoba

En el año 929 Abderramán III adoptó el título de califa, sumando la independencia religiosa a la política. Por debajo del califa se encontraban el hachib (primer ministro) y los visires, encargados de las distintas ramas de la administración. La justicia era impartida por los cadíes. Cada una de las coras (provincias) estaba gobernada por un valí. Las filas del ejército se nutrieron con mercenarios bereberes y eslavos. El Califato de Córdoba (929-1031) financió su poder con tributos recaudados entre sus súbditos, a los que se añadían el cobro de parias a reinos cristianos y el control de las caravanas de oro. Abderramán III (929-961) y Al-Hakam II (961-976) fueron los califas más destacados. Hisham II (976-1013) delegó en su hachib Almanzor, quien desplegó un gobierno dictatorial, desviando las tensiones internas por medio de campañas militares (razias) contra los reinos cristianos. Su muerte en el año 1002 inició el proceso de descomposición política (fitna) del Califato.

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