Historia y evolución de las lenguas de España

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Historia y evolución de las lenguas de España. Orígenes: el origen se remonta a un periodo anterior a la conquista romana. Durante ese tiempo se hablaban en la península ibérica varias lenguas, denominadas prerromanas. Destacan el euskera, el celta o el íbero. El periodo de conquista romana dio paso al proceso de romanización, mayor a la cultura romana y trajo consigo la expansión del latín, desaparición de las lenguas prerromanas excepto la del euskera. Este latín hablado se conoce como latín vulgar y estaba alejado de la lengua culta y literaria representada por el latín culto. Las sucesivas invasiones de los pueblos germánicos aceleran la fragmentación del latín vulgar, dando lugar a las distintas variedades lingüísticas que son el origen de las lenguas romances habladas hoy en España. Desde la Edad Media hasta la Edad Moderna, la invasión musulmana y el islam: en las zonas conquistadas la lengua, el árabe junto a la lengua romance denominada mozárabe fue desapareciendo paulatinamente. La Reconquista: se fueron abriendo paso en las distintas lenguas y dialectos romances, el euskera pervivió como única lengua de origen no romance.

Variedades del español

Variedades del español en España se distinguen dos grandes zonas, el norte más cercano al modelo normativo estándar y el sur posesión de una fonética más evolucionada. Hay zonas en las que el castellano entra en contacto con los dialectos históricos y se producen interferencias. En las zonas bilingües, el castellano hablado tiene peculiaridades del catalán, gallego y euskera. Existen dos variedades del español: variedades del norte o septentrionales, caracterizadas por ser más conservadoras en la evolución lingüística, con usos lingüísticos que no coinciden con lo normativo. Variedades del sur o meridionales andaluz, que no presentan uniformidad lingüística. Variedades de transición que comparten rasgos del castellano en varias zonas: murciano con aspiración y pérdida de la -s al final, con rasgos procedentes del aragonés y el catalán; extremeño con coincidencias con el andaluz occidental, también con influencia leonesa; canario posee características propias de las variedades meridionales. Rasgos del andaluz: seseo, en algunas zonas no existe el sonido Z, el fenómeno inverso es el ceceo.

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