El hombre es un proyecto sartre

Clasificado en Filosofía y ética

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Sartre centra su atención en el hombre que existe ahí, en íntima conexión con el mundo. Un hombre con posibilidades concretas, un proyecto. Pero también es un hombre insatisfecho, en el que muchas posibilidades quedan sin realizar.

Ahora bien, el hombre es la libertad entendida como fuente de infinitas posibilidades, sólo condicionadas por las limitaciones de la propia existencia.

Si para Heidegger las posibilidades de auténtica elección libre son nulas, para Sartre la libertad ha de dejar de serlo. Por otro lado, las acciones gratuitas o caprichosas se desvanecen en el tiempo. Pero en el hombre que asume su libertad sin excusas hay un proyecto de vida definido por sus elecciones y por el sentido que le confiere a sus actos: vive en situación, porque su entorno y sus circunstancias tienen el sentido que él mismo les ha otorgado.

Es solamente desde un proyecto personal de libertad y elección de sí mismo como nuestros actos construyen su mundo humano de sentido. A ese mundo de sentido, el existencialista lo llama “situación”.

Este hombre absolutamente libre es un proyecto que se vive subjetivamente, pues como hemos dicho, los proyectos no tienen sentido hasta que no tomamos la decisión que realizamos, pero a pesar de la clara reivindicación de la subjetividad, el existencialismo también afirma la intersubjetividad, pues considera que sólo en el trato con el otro, en el reconocimiento que el otro hace de nuestras acciones, o en la presencia de su mirada, nos hacemos conscientes de nosotros mismos, de nuestra propia realidad.

En consecuencia, “Todo proyecto, por individual que sea, tiene un valor universal”. De aquí nace la existencia moral del compromiso, pues la acción de un proyecto de vida, liga y compromete también con la humanidad entera.

“La libertad como definición del hombre no depende de los demás, pero en cuanto que hay compromiso, estoy obligado a querer al mismo tiempo que mi libertad sea la libertad de los otros”. Éste es el sentido del título de su  obra “El existencialismo es un humanismo”, un humanismo por declarar que no hay otro legislador más que el hombre mismo, por afirmar la libertad y la necesidad de trascender la situación, de superarse a sí mismo, por reivindicar lo humano como el único ámbito al que el hombre pertenece.

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