La importancia del ocio y la creatividad en la educación

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Características esenciales del ser humano

La esencia del ser humano es su vertiente proyectiva, es decir, la capacidad de hacer proyectos. No solo eso, sino la capacidad de hacer proyectos de su propia vida. No resulta fácil organizar nuestra vida, por un lado el peso muerto de la rutina y comodidad empuja a repeticiones rituales y por otro, una cierta apatía y conformismo nos induce a la pasividad y nos aparta de perspectivas saludables como utilizar la imaginación.

El tiempo libre

Entendemos por tiempo libre: el tiempo disponible, es decir, el que no utilizamos para trabajar, comer, dormir. El tiempo libre tiene una capacidad virtual (que no vemos pero está), es tiempo a nuestra disposición que podemos utilizar adecuadamente o malgastar. Por lo tanto, el ocio vendría a ser como el tiempo libre que utilizamos para hacer lo que nos gusta y para nuestro crecimiento personal.

Utilizar el tiempo libre de forma creativa

Implica desarrollar capacidades, favoreciendo el equilibrio personal y enriqueciendo nuestra experiencia, llenamos de contenidos nuestra vida y dando al ocio una dimensión de enriquecimiento personal.

¿Qué es cultura?

Cultura no es solo lo que el hombre sabe, sino lo que el hombre hace. Toda cultura es una suma de símbolos, creencias, costumbres, actividades, y rituales compartidos por una comunidad.

El ocio como actividad

Uno de los mayores inconvenientes de esta sociedad deshumanizada es el de haber convertido el ocio en consumo y el no saber encauzar perspectivas creativas de ocio que favorezca el desarrollo de la personalidad. El ocio no es no hacer nada. Estamos convencidos de lo contrario. El ocio es una actividad, una inversión en nosotros mismos, en nuestra sensibilidad, en nuestro afán de conocimiento, en nuestra búsqueda de perfección, capacidad de disfrutar con lo que nos conmueve, cautiva o favorece nuestra realización.

La escuela y la educación para el ocio

La escuela tiene una función socializadora y formativa, debe compartir conocimientos y desarrollar capacidades e inquietudes. Una de las causas de que la escuela no cumpla su cometido es el que haya renunciado a educar para el ocio. La escuela tiene que ocuparse por desarrollar capacidades y actitudes que favorezcan la autonomía personal, que posibiliten el desarrollo de aptitudes que faculten a los niños para desarrollar proyectos vitales. La educación para el ocio no concebida como materia, ni siquiera como un eje transversal, sino como un conjunto de motivaciones y directrices que favorezcan la imaginación y creatividad, que el alumno descubra el placer de aprender.

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