Influencias sociales en la adquisición del lenguaje

Clasificado en Magisterio

Escrito el en español con un tamaño de 3,73 KB

Tema II: ¿Qué influencias sociales recibe el niño durante el proceso de adquisición del lenguaje?

El niño y su entorno

El lenguaje oral (y otros lenguajes no orales como la lengua de signos gestuales) es una función y una destreza aprendido naturalmente, por una serie de intercambios con el entorno social, sin que en dicho entorno exista un programa conscientemente premeditado para su enseñanza sistemática.
En otras palabras, el niño aprende a hablar con su madre y demás adultos, éstos enseñan a hablar al niño, pero nadie sigue un método preestablecido conscientemente para hablar con su hijo. Esa asimilación se realiza sobre un fondo madurativo complejo que interviene en la determinación de los distintos aspectos audiofonatorio-lingüísticos y la sucesión de las pautas.
Así mismo, el lenguaje se aprende/enseña para y a través de la comunicación, aunque sirva después para otras funciones, especialmente de representación.
La característica principal del intercambio niño-adulto durante los primeros años es la interacción que deriva en una adaptación recíproca de ambos interlocutores a las capacidades comunicativas del otro.
Una primera manifestación de esa adaptación es el “feed-back” correctivo que podríamos representar esquemáticamente de estas 2 formas:
  • Una corrección fonética y fonológica, donde el adulto pronuncia correctamente las palabras emitidas por el niño o “traduce” sus gritos y balbuceos a palabras del idioma.
  • Una extensión semántica, donde añade algunas palabras y conceptos relacionados a lo que ha emitido el niño.
  • Una expansión sintáctica. En su respuesta, el adulto utiliza los elementos del mensaje infantil en una estructura más compleja.
Se ve claramente que, con este procedimiento, el niño obtiene, en cada iniciativa suya, una respuesta que le puede servir de modelo casi perfecto para una próxima emisión, está adaptado a su interés (ya que es él mismo quien lo ha provocado) y a su nivel evolutivo (es un poco más complicado que lo que es capaz de producir ahora). Numerosas experiencias han mostrado la habilidad natural de los adultos, especialmente de las madres, para realizar estos ajustes con mucha precisión. El niño, con su intervención, provoca una adaptación del lenguaje adulto, que casi siempre, se hace bajo la forma de un feed-back correctivo, permitiéndole así confirmar, informar o completar la hipótesis inicial. La imitación actúa, pues, en segundo lugar. Vemos así el carácter eminentemente activo y creativo de la adquisición del lenguaje por el niño. Mucho más que las palabras que el adulto le repetirá todo el día, el niño aprenderá, en primer lugar, aquellas que le ayuden a resolver sus problemas y a satisfacer sus necesidades, o que le proporcionan un elemento lúdico. Esto equivale a decir que, en gran parte es el niño quien elige lo que va a aprender. En el diálogo niño-adulto, dos veces de cada tres, es el niño quien toma la iniciativa, incluso con una voluntad predeterminada que le lleva a condicionar toda la conversación. El papel del padre adulto es realmente muy reducido.


Puede existir una segunda situación, en la que la iniciativa sea por parte del adulto, con la intención de enseñar algo al niño, pero, en el fondo, el mecanismo es básicamente parecido al anterior nivel del feed-back correctivo. Pero mientras en la primera situación la conducta del niño era eminentemente creativa, en esta segunda situación es imitativa. Por lo general, ocurren muchas más situaciones de la 1ª clase que de la 2ª (a menos que haya abuelos a mano).

Entradas relacionadas: