Jesús y sus contemporáneos: La misión de anunciar el perdón, el amor y la salvación

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Jesús y sus contemporáneos:

Los evangelios cuentan que a Jesús le seguía una gran multitud de personas que escuchaban su predicación. Entre su grupo más íntimo se encuentran los 12 apóstoles, a quienes Jesús eligió al inicio de su misión para estar con él, enseñarles y enviarlos a predicar. Compartieron con él su vida y su misión, dejando todo para seguirle y continuando su obra después de su muerte.
Jesus vivió en una época y en una sociedad determinadas:

La Palestina del siglo 1

Estaba sometida al poder del Imperio Romano. Además del poder político romano, las autoridades religiosas judías tenían una gran influencia sobre la sociedad. Los evangelios muestran momentos de enfrentamiento que Jesús tuvo con distintos grupos sociales y religiosos de Israel.

Los fariseos

Ellos se consideraban perfectos por cumplir todas las normas y despreciaban a todo aquel que no lo hacía. Jesús les criticó porque habían puesto la ley por encima de la búsqueda del reino de Dios, y porque no reconocían que necesitaban a Dios.

Autoridades del templo

Consideraban a Jesús una amenaza. Jesús perdonaba y acogía a los pecadores, y criticaba los negocios que se hacían en el templo en torno a los sacrificios. Jesús acusó a las autoridades de anteponer sus intereses a la búsqueda del reino y del bien de las personas. Jesús murió condenado por el Imperio Romano. Su misión fue la de anunciar el perdón, el amor y la salvación.





Pablo el apóstol de los gentiles:

Jesús, durante su vida pública, mostró en varias ocasiones su apertura a los gentiles (gente que no era de Israel). Tras su resurrección, Jesús encomendó a los apóstoles la predicación del Evangelio por todo el mundo. Además, prometió a sus discípulos que les enviaría al Espíritu Santo. El día de Pentecostés, los discípulos recibieron al Espíritu Santo, desde ese momento comenzaron a predicar el evangelio por Palestina y por las principales ciudades del mundo conocido.
Hoy la iglesia se extiende por todo el mundo. Pedro, representante de los apóstoles, abrió el anuncio del evangelio a los no judíos. Pero fue Pablo el apóstol que impulsó la idea de que el evangelio debía ser proclamado a todas las personas.

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