Las cantigas

Las jarchas constituyen la primera manifestación de literatura romance en la Península.

Se trata de poemas breves escritos en mozárabe (lengua romance usada en las zonas ocupadas por los árabes) que se añadían al final de otros poemas más extensos escritos en árabe o hebreo y que se denominaban moaxajas.

La más antigua de estas composiciones parece fecharse entre los siglos X y XI

Hasta el descubrimiento de las jarchas por S. M. Stern en 1948, se había pensado que toda la lírica romance tenía su origen en la poesía provenzal desarrollada en Francia a partir del año 1100. El descubrimiento de las jarchas convertía a éstas en una muestra más antigua de poesía lírica.

El tema de las jarchas es amoroso: en ellas una mujer expresa sus sentimientos de amor hacia un hombre y se lamenta por su ausencia. Una posible interpretación es que se trate de una metáfora y que sus autores en realidad fueran hombres: la mujer sin su amante es como el siervo sin su amo.

Se trata de composiciones subjetivas.

El villancico es la forma predominante de la lírica tradicional castellana, pero no se recogieron por escrito hasta el siglo XVI. Su tema más recurrente es el del amor desdichado de una mujer y se suele estructurar en tres partes:

Un estribillo de 2 ó 4 versos.

La mudanza, una redondilla o cuarteta, generalmente.

Versos de vuelta, que riman con el último verso de la mudanza y con el estribillo.

La poesía provenzal se inicia en torno al año 1100 en la zona de Provenza, al sur de Francia. Esta poesía está escrita en una lengua aprovenzada muy homogénea, que podía ser entendida por personas muy distantes y de dialectos diversos.
Sus autores eran trovadores conocidos (reyes, grandes señores y poetas profesionales). Los juglares se encargaban de difundir la obra de los trovadores.
Los dos géneros fundamentales de esta poesía son la cançó y el sirventés. La primera es una composición amorosa y la segunda, de crítica y polémica literaria.
El amor cantado en la poesía provenzal refleja las relaciones feudales de la época. El trovador es el siervo que aspira al amor de una dama: su señora, su ama. La actitud del enamorado es completamente sumisa y debe, a través de su habilidad lírica, conquistar a su amada. A este amor se oponen una serie de circunstancias, como que la dama ya esté casada. Estos poemas reflejan un código amoroso especial que tendrá enormes repercusiones en la poesía española posterior: el código del amor cortés.
La lírica gallego-portuguesa y la lírica catalana medieval fueron las más influidas por la poesía trovadoresca provenzal.

La poesía provenzal se inicia en torno al año 1100 en la zona de Provenza, al sur de Francia. Esta poesía está escrita en una lengua aprovenzada muy homogénea, que podía ser entendida por personas muy distantes y de dialectos diversos.
Sus autores eran trovadores conocidos (reyes, grandes señores y poetas profesionales). Los juglares se encargaban de difundir la obra de los trovadores.
Los dos géneros fundamentales de esta poesía son la cançó y el sirventés. La primera es una composición amorosa y la segunda, de crítica y polémica literaria.
El amor cantado en la poesía provenzal refleja las relaciones feudales de la época. El trovador es el siervo que aspira al amor de una dama: su señora, su ama. La actitud del enamorado es completamente sumisa y debe, a través de su habilidad lírica, conquistar a su amada. A este amor se oponen una serie de circunstancias, como que la dama ya esté casada. Estos poemas reflejan un código amoroso especial que tendrá enormes repercusiones en la poesía española posterior: el código del amor cortés.
La lírica gallego-portuguesa y la lírica catalana medieval fueron las más influidas por la poesía trovadoresca provenzal.