Misticismo y Literatura en el Renacimiento Español

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Acética y Mística

El tema religioso ocupa un puesto importante en el Renacimiento, dando lugar a lo que se denomina ascética y mística. La mística describe sensaciones que produce la unión de Dios con el ser humano, mientras que la ascética describe el proceso de perfeccionamiento moral que lleva a la unión. Para llegar a esa unión con Dios, el alma, mediante la oración mental y la contemplación, debe pasar por tres vías: lo primero, es apartar el alma del pecado (vía purgativa), lo segundo, aficionarla al bien (vía iluminativa), lo tercero, perfeccionarla de modo que produzca la unión (vía unitaria). Entre los principales místicos españoles sobresale Juan Luis de la Cruz. Sus principales obras son: Noche oscura (describe la unión con Dios mediante la imagen de una muchacha que se escapa en la noche para hallarse con su enamorado), Cántico espiritual (alegoría donde el espejo es Dios y la esposa el alma; además es claro reflejo de las tres vías) y La llama del amor viva (se presenta el amor divino a través del amor humano; la complejidad de la obra es tal que el poeta comentó los verbos para que no se confundiera con la literatura erótica). Otro de los autores más destacados es Fray Luis de León, considerado como un ascético que ansió y buscó la unión con Dios sin llegar a lograrla.

Culteranismo

En esta corriente, también denominada gongorismo, predomina la forma sobre el contenido. Los autores buscan el embellecimiento de la realidad, donde lo importante es lo ornamental. Realizan frecuentes alusiones a la mitología, hacen uso de un lenguaje latinizante, cultismo y abundantes recursos literarios. Su principal autor es Luis de Góngora.

Conceptismo

En el movimiento literario que tiene a servirse del concepto, dando mayor importancia al contenido que a la forma, buscando la densidad y la profundidad de los pensamientos. Más que los aspectos formales como hacía el culteranismo, los conceptistas se inclinaban por los juegos de palabras, paronomasias, comparaciones, antítesis, hipérboles. Su máximo representante es Francisco Quevedo.

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