Modelo Psicosocial: Marco Teórico y Enfoque de Intervención

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Marco teórico

El modelo psicosocial se considera la primera forma de intervención social con casos, ya que los fundamentos para su práctica aparecen por primera vez en la obra de Richmond.

En su desarrollo han ido influyendo diferentes tendencias teóricas, tales como la teoría de los sistemas, la teoría de los roles, la teoría de la comunicación y, por supuesto, la teoría psicoanalítica, desde la que parte. Sin embargo, la teoría más transcendente para este modelo es sin duda la teoría del diagnóstico realizada por Gordon Hamilton (1950).

Probablemente debido a la influencia del modelo médico y la teoría psicoanalítica, hasta ese momento se pensaba que existía una relación lineal de causa-efecto: el efecto dependía de una sola causa precisa y el descubrimiento de la causa conduciría al remedio para tratar la situación de dificultad que presentaba la persona.

Hamilton favorece que la intervención social se abra de nuevo a una visión más global. Insiste en la configuración persona-situación, en la presencia de causas múltiples en los aconteceres humanos y en la importancia del crecimiento, del desarrollo y del cambio.

Según este autor, el caso social es un “acontecimiento vivo”, que siempre incluye factores económicos, físicos, mentales, emocionales y sociales, en proporciones diversas. Otros autores importantes en el desarrollo de este modelo fueron Woods y Hollis (1964), continuadores de la teoría del diagnóstico de Hamilton.

La persona en situación

La intervención desde el enfoque psicosocial se preocupa por la mejora de las relaciones interpersonales y de las situaciones vitales de la persona.

En este contexto, Hamilton y su concepto “persona en situación” es clave. Se refiere a la triple configuración consistente en: la persona, la situación y la interacción entre ellas.

Los términos presión interna, y presión externa son utilizados para describir como las fuerzas existentes dentro de la persona y las fuerzas existentes dentro del entorno o medio ambiente, interaccionan entre ellas y repercuten sobre la misma.

Desde esta perspectiva, los fines de la intervención van dirigidos a la resolución o reducción de los problemas provenientes del desequilibrio entre las personas y sus entornos.

Para entender a la “persona en situación” se requiere un entendimiento de la psicología, que permita a la figura profesional ayudar a la persona que tenga problemas internos. Igualmente, se requiere un análisis del entorno que permita descubrir aquellas fuerzas que están perjudicando o afectando seriamente a la persona, familia o grupo con quienes está trabajando.

El objetivo de la profesional o el profesional de la intervención es, en este caso, promover adaptaciones positivas, corrigiendo o previniendo interacciones inadaptadas.

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