Moral vivida y moral pensada

Clasificado en Filosofía y ética

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Moral vivida y moral pensada: Los términos ética y moral se utilizan en la vida cotidiana porque tienen una etimología similar. Sin embargo resulta útil establecer una distinción entre moral y ética, semejante a la que José Luis L. Aranguren introduce en la moral vivida y moral pensada: la moral es algo que las personas y las sociedades vivimos en la vida cotidiana; la ética o la moral pensada es la reflexión que los filósofos han hecho y hacen sobre la moral. LA moral, se refiere a la vida y, por eso, se expresa en el lenguaje de la vida cotidiana; la ética es una reflexión filosófica sobre la moral (filosofía moral) y utiliza, por tanto, un lenguaje filosófico. A la ética, como filosofía moral, le preocupa aclarar en qué consiste esa dimensión de las personas y las sociedades a las que llamamos moral. ¿Qué es ser moral?: Igual que los seres humanos tenemos una dimensión social porque vivimos en sociedad, o una dimensión afectiva porque tenemos sentimientos, decimos que poseemos una dimensión moral. La moral no es una ciencia, sino una dimensión de las personas y de las sociedades. Esa dimensión moral es un que hacer, ir forjándose un carácter desde el que idear y proyectar la propia vida; ir forjándose un buen carácter. Podémos decir que una buena persona ha conseguido estar alta de moral, y no desmoralizada. Una persona muy animada y, sin embargo decimos que ella es inmoral. Aprender a vivir: Las personas somos seres desorientados. Eso significa que podemos vivir de muchas maneras diferentes, porque nuestra naturaleza condiciona nuestro vivir, pero no lo determin; por eso, necesitamos conducir nuestra vida y, al mismo tiempo, construirla, es decir, necesitamos aprender a vivir. La moral: nos orienta en la dimensión personal y en la relación con los demás. La política y el derecho: Lo hacen en el ámbito social y público La religión: Contribuye a que nos sintamos uno, con las demás personas y con el mundo, en relación con el absolutamente otro. Éstos pueden ser considerados en sentido amplio saberes prácticos. La moral y su meta: La moral nos ayuda a aconstruirnos por dentro y en la relación con los demás, y lo hace con vistas a que alcancemos nuestra autorrelación. Para conseguirlo, nos propone ideales de vida buena, consejos y experiencias vividas, que se concretan en valores y normas y a partir de esto nosotros elaboramos nuestras pautas para conducir nuestra vida; tales pautas  van más allá de las leyes que rigen en nuestra nacíón y no pueden coincidir con ellas. Esto quiere decir que: Las leyes afectan a un estado determinado, mientras que las patas morales orientan a todas las personas. / Que, de acuerdo con nuestras pautas, a veces consideramos un deber moral algo que no aparece mandado en ninguna ley. / Que, otras veces, consideramos contrario al deber moral lo que ordena una ley. Los materiales de nuestra vida moral: Libertad: La libertad de los seres humanos consiste, en principio, en que estamos abiertos a crear inteligentemente un mundo de posibilidades y a elegir entre ellas la que consideramos mejor. Pero lo que mas importa no es lo que podamos hacer o lo que queramos, como en que podamos responder como queramos a lo que nos pase. Talante: Nuestra libertad está condicionada por el talante con el que nacemos y por la situación social en la que nos encontramos. El talante de una persona es su sentimiento fundamental  de la existencia, el tono vital con el que se enfrenta por naturaleza a la realidad. Carácter: Por ser libres podemos ir forjándonos un carácter, que es lo que los antiguos llamaban segunda naturaleza: las personas nacemos con un talante o primera naturaleza y podemos ir creándonos un carácter por repetición de actos. Consiste en adquirir los valores, las virtudes, actitudes y normas que van componiendo el carácter. Virtudes: La vida moral tiene una meta ser persona en plenitud y para lograrla es preciso ir adquiriendo los hábitos corresondientes. A los hábitos que encaminan al bien los llamamos virtudes, y a los que se alejan de el vicios. Se entiende, entonces, que la virtud es una predisposición a obrar bien adquitida mediante ejercicio. Actitudes: Son aquellas predisposiciones, aprendidas o relativamente fijas, que orientan nuestra conducta ante distintas situaciones u objetos determinados. Por ejemplo, decimos de alguien que tiene una actitud autoritaria o bien dialogante, solidaria o insolidaria.

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