Mujer desnuda azul matisse

Mujer con el brazo levantado de 1905 y mujer en camisa son obras significativas de este periodo. Ambos cuadros poseen una serenidad y estilización propias del arte egipcio. Las formas son sencillas y redondeadas y las elegantes proporciones presagian una nueva época que duraría cerca de un año. Abandonó todas las distorsiones manieristas, y buscó la forma simplificada.
El abrevadero es una aguada que hizo preparatoria para un cuadro que no llegó a realizar. Es una composición de líneas clásicas: los caballos y jinetes forman un óvalo en el centro de la composición, intercalado con líneas verticales claras y oscuras.
Estos esbozos y desnudos de la misma época poseen una modesta y natural nobleza de orden y gestos que hacen que los guardianes oficiales de la tradición griega como Ingres parezcan vulgares y pálidos.
De este periodo es importante el retrato de Gertrude Stein, que tuvo que posar para él en más de 80 ocasiones, cosa excepcional, pues nunca necesitaba modelo.
Otro retrato importante de 1906 es un autorretrato en el que aparece con camisa blanca, sosteniendo una paleta. Trató la cabeza del mismo modo claro y decidido que en el caso de Gertrude. De los ojos surge una mirada de seguridad comprensión que no está presente en los retratos anteriores.
En el verano de 1906 Picasso sintió el deseo de volver a España, a pesar de que París le era indispensable. Empezaba a tener más reconocimiento en la ciudad francesa, pero sus medios aun eran limitados. Pero finalmente pudo viajar con Fernande a Barcelona.
España le era aun fundamental y al llegar se convirtió en un hombre diferente: era alegre, menos tímido, más brillante… se sentía a sus anchas.
Emprendieron un viaje a una aldea a la ladera de los Pirineos: Gósol. Allí pudo gozar de la tranquilidad que necesitaba para trabajar. Además conocieron a los contrabandistas con los que hicieron gran amistad, y los que les contaban sus historias. Pero el viaje acabó bruscamente al aparecer casos de fiebre tifoidea en la aldea. A pesar de ello, produjo una gran cantidad de obras estando allí. Sus modelos eran las casas pequeñas, las campesinas, los viejos y Fernande. También una serie de desnudos pintados a la manera clásica. Toilette o La mujer de los panes.
Este estilo siguió influyéndole ya a su vuelta a París. En otoño seguía repitiendo el colorido del verano, aunque volvió a aparecer una insistencia en la forma y el retorno a las distorsiones plásticas, significativos de angustias que no estaban presentes aislado en la montaña.
Campesinos y bueyes es una obra del mismo periodo, pero de estilo totalmente diferente. Aparecen un hombre y una mujer corriendo descalzos junto a un par de bueyes. Ella lleva un ramo de flores al tiempo que él sostiene un cesto con guirnaldas por encima de sus cabezas. Las proporciones llaman la atención: la minúscula cabeza del hombre, la gran longitud del cuerpo y los brazos… en nada se parece ni a la época azul ni a los desnudos de Gósol. Con ritmos angulosos que anuncian la primera aparición de las formas geométricas. En lugar de las formas estáticas y esculturales de la época rosa, las figuras están en agitado movimiento.
Probablemente es una obra a la vuelta en París.
Es una obra con gran afinidad al cuadro del Greco San José con el Niño Jesús en el que un grupo de ángeles ocupa el lugar de las guirnaldas. La pequeñez de la cabeza del santo y con relación a su cuerpo y el sentido general de la composición parecen confirmar esta sugerencia. Después de dos años, Picasso volvía a pensar en el Greco. Además existen unos bocetos para probar que el artista mezclaba ideas de muy diferentes procedencias. Parecen esbozos tomados del natural sin ningún movimiento. En otro boceto si que muestra la insistencia notoria del movimiento. El cambio que se produce en la obra final es el añadido de los bueyes y los pliegues angulosos. Podemos ver tres fuentes claras para esta obra: el san José del Greco, el boceto del muchacho campesino con bueyes y el del florista callejero ciego.