La narrativa social en los años 50: influencias, características y autores destacados

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La narrativa de los años 50 se aleja de las preocupaciones existenciales de la década anterior y se centra en los conflictos sociales y en la denuncia de la injusticia. Esta generación se aparta de lo afectivo y da un enfoque realista a sus escritos.

Características de estas novelas

En cuanto a las características de estas novelas, aparecen las influencias que reciben de la literatura clásica española, el realismo y el naturalismo del siglo XIX, y la literatura francesa; la situación de España con la Dictadura, y los personajes con una psicología muy simple que representan cierta capa de la sociedad. El narrador en tercera persona solo da testimonio de la conducta y las palabras de los personajes que son planos ya que solo interesa el protagonista colectivo; el autor pretende transmitir objetivismo, de ahí el uso de los diálogos para caracterizar a los personajes. La estructura suele ser lineal y el espacio corresponde al momento en que se escribe la novela y realza los mundos opuestos del campo y de la ciudad. El lenguaje es claro y sobrio, y ofrece diálogos que reproducen el hablar de los grupos sociales de la época. Las diferentes obras aportan un concepto de novela social y literatura comprometida con una intención crítica de los autores del momento que muestran las desigualdades sociales, mundo rural, etc.

Novelas destacadas

Dos son las novelas que marcan esta década: La colmena de Camilo José Cela, El Jarama de Sánchez Ferlosio. La primera se considera como la más lograda de la obra de Cela. La segunda utiliza el diálogo para reflejar el hablar de la clase trabajadora de Madrid y también un realismo lleno de fatalismo. Otros autores dentro de esta corriente son Ignacio Aldecoa El fulgor y la sangre; y Carmen Martín Gaite El balneario. También es el caso de Miguel Delibes con Parábola del náufrago, en la que sigue la línea experimental, o con Cinco horas con Mario que se aleja un momento del relato experimental y ofrece otras visiones de la sociedad.

Renovación y cambio

Esta narrativa de los años 50 conoce pues un cambio renovador y, a partir de los años 60, este cambio seguirá y abrirá el camino a una escritura que utilizará nuevas estructuras y técnicas. Luego, en los años 70 y posteriores, los novelistas eligen un camino hacia la tradición y obras más transparentes que devolverán el optimismo. Por una parte dominará el interés por la trama y luego la heterogeneidad del discurso narrativo.

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